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sábado, julio 29, 2006

Alan, la felicidad del Perú y de América Latina

Las fiestas patrias parecen ser un motivo de felicidad para todos los peruanos. El protocolo en sus más variopintas formas, el Te Deum, el discurso presidencial (tanto del saliente Dr. Alejandro Toledo como del entrante Dr. Alan García), la visita de los presidentes de países vecinos y lejanos, el saludo de las fuerzas armadas, el desfile militar, el juramento de los Ministros, nos recuerdan muchas veces lo tradicional que todavía es el Perú. Tantas herencias coloniales en “las formas democráticas” que se repiten, a veces con torpeza y otras veces con verdadera originalidad criolla e irreverente, para fungir el rol de vestir de solemnidad y democracia a personajes y sus pactos que no lo son tanto necesariamente. Sin embargo, el pueblo, se convoca ignorante y entusiasmado ante estos eventos. Agita las banderitas ante el desfile de un poder militar disminuido y con armas desgastadas. Se persigna ante la Virgen junto con el nuevo Presidente aunque tenga opciones privadas y confesionales muy distantes que la de el. Come y bebe si puede, reposando en los pocos días de descanso, si acaso le tocó disfrutarlo. O si no, escucha de lejos lo que pasó en la gran ciudad capital de Lima y espera, paciente y angustiado, que pasará después.

Los nombramientos ministeriales del Dr. Alan García Pérez y su discurso inaugural como Presidente Constitucional parecen haber causado mucha felicidad a varios grupos de personas en el Perú. En realidad, Alan quiere hacer feliz a todos los peruanos comenzando por los grupos que la mayor parte de las veces son felices con cualquier gobierno. La derecha política y opusiana aparece feliz ante la elección de Rafael Rey como Ministro de la Producción. Washington y las Multilaterales, y quizás uno que otro empresario por ahí, aparecen felices ante la designación de Luis Carranza en la cartera del Ministerio de Economía. Las manuelas y demás organizaciones formales e informales con enfoque de género se congratulan por tener 6 ministras, que más allá de ser mujeres, son profesionales reconocidas en el medio. Finalmente, los apristas, con 6 ministros al frente, han recibido el tutelaje general ministerial y algunas áreas temáticas que pueden dar brillo al espíritu nacionalista y redistributivo de Víctor Raul Haya de La Torre (todos los ministros apristas juraron en nombre suyo e incluso por los mártires de su partido). En resumen, los nombramientos ministeriales han sido pensados para grupos específicos de la sociedad burguesa peruana.

El discurso, por su parte, fue pensado para hacer feliz al pueblo. Este discurso irrumpió contra el gobierno de Toledo calificándolo de poco democrático, engorroso e irresponsable con el manejo del Estado lo que se encontraría en la base de la infelicidad de la mayoría de los peruanos, aquellos que se encuentran en la pobreza y en la indigencia. Su diagnóstico sirvió para presentar una serie de medidas para racionalizar el gasto excesivo del Estado, redistribuir hacia proyectos sociales, declarar una serie de exoneraciones para incentivar la industrialización de los Andes, proponer algunas medidas interesantes para reformar los servicios de educación y salud públicas y declarar –modestia aparte– el objetivo nacional de convertir al Perú en líder de las economías de América Latina al término de los próximos diez años. Estas declaraciones con toda seguridad han buscado provocar la felicidad de muchos peruanos confundidos entre el pueblo (o como pueblo confundido), aunque probablemente ellas hayan sido tomadas con mucha cautela, ya que en realidad las tristezas y amarguras ocasionadas durante su gestión en los ochenta lo condena. De hecho, la lectura de este proyecto no ha sido muy bienvenida por varios especialistas ya que en el fondo suena a algún proyecto reeleccionista como partido. Es probable que Alan haya previsto la escena que dejará el 2011, cuando las palabras de este discurso inaugural se las haya llevado el viento y tenga que pronunciar unas nuevas en su discurso de despedida. Por lo tanto, exclamará: “¡Oh pobres del Perú! Se que no he logrado hacerlos felices esta vez, pero, por la memoria de VRHT, voten por nosotros una vez mas para completar el trabajo aunque sea sin mi”. La pregunta es ¿Podrá endosar votos a otro lider aprista? ¿Quien será el delfín de Alan García? ¿Jorge del Castillo? ¿Mauricio Mulder?.

Por otra parte, también han quedado felices otros grupos non sanctos. La omisión del discurso sobre la lucha contra la corrupción ha sido más que evidente. Los fujimoristas, los montesinistas, los toledistas, e incluso ¡los apristas! que han tejido y mantenido las grandes redes de corrupción al interior del Estado han podido respirar tranquilos y sonreír de felicidad luego del discurso. Todavía me resulta indescriptible el caminar del grupo que entraba hoy 28 de julio al Congreso por el Hall de los pasos perdidos: el Dr. Alan García secundado y flanqueado por Mauricio Mulder, Jorge del Castillo, Jorge Bruce y Santiago Fujimori. No digo que ellos representen la corrupción. Pero existen evidencias muy claras en al menos dos de los personajes de este grupo que ahora ocupan cargos importantes en la política peruana que se encuentran implicados en serios problemas de corrupción y violación de los derechos humanos. De alguna manera esta situación me hizo recordar la bien formulada escena de “Camino a Perdición” entre Paul Neuman y Tom Hanks cuando el primero dijo al segundo: “There is only one guarantee. None of us will see Heaven”.

¿Quienes quedaron infelices? Para comenzar, buena parte de los empleados públicos que encontraron los incentivos para ingresar al Estado como único medio para formar parte de una clase media mundial, comenzando por los congresistas y terminando por el chofer o el barrendero de Palacio de Gobierno. Es probable que también se hayan sentido incómodos, más no infelices algunas referencias poco amigables establecidas en términos de competencia comercial respecto de sus gobiernos como por ejemplo Chile y quizás una poca la hayan sentido también Colombia y Brasil. También los empresarios pueden haber sentido un cierto sinsabor al escuchar que a los trabajadores les deben ser reconocidos sus derechos laborales; las transnacionales mineras han sido advertidas de que pueden perderlo todo si no hay una mayor responsabilidad social. Respecto a esto último llegó a asociar la palabra “nacionalización”, pero en un sentido hipotético, ya que Alan no tiene como referencia para ejecutar decretos supremos amparados ni en la Constitución promovida por Haya de La Torre ni en la modernidad globalizante que envuelve a nuestro país. Simplemente, es un viejo aprista, al que la modernidad le dio la oportunidad de gobernar otra vez.

La felicidad ha sido un tema recurrente en este artículo. Sorprendentemente, este no es un tema menor en la actualidad. De acuerdo con Adrian White, psicólogo social de la Universidad de Leicester del Reino Unido, el concepto de felicidad, o satisfacción de la vida, es un área principal de investigación en economía y psicología, muy relacionada con los recientes descubrimientos en la psicología positiva. La relación entre estas dos ramas de las ciencias sociales se ha fortalecido recientemente. En efecto, el 2002, el premio Nóbel de Economía lo recibió un psicólogo y no un economista (el israelí Daniel Kahneman). De acuerdo con White, existe un creciente interés político en el Reino Unido y en muchas otras partes del planeta para usar medidas de felicidad como un indicador en conjunción con medidas de riqueza. Esto ha quedado demostrado con una reciente encuesta realizada por la BBC en el que se encontró que “el 81% de la población piensa que el Gobierno debería concentrar sus esfuerzos en hacer a la población más feliz antes que más rica”. A partir de estas preocupaciones, White procuró construir un mapa de la felicidad en el mundo encontrando una posición para cada uno de los 178 países que analizo. Según las correlaciones realizadas por este investigador, la felicidad se encuentra estrechamente relacionada con el acceso a servicios de salud (correlación de 0.62), seguido de la riqueza (0.52) y finalmente con la provisión de servicios educativos (0.51). El Perú, se encuentra dentro de los últimos lugares, cual novedad en estos rankings mundiales y no sólo a en Hispanoamérica.

Notas:
1. Ranking de satisfacción con la vida SWL (satisfaction with life) calculado a partir de la base de datos publicada por New Economics Foundation (2006).
2. Índice SWL calculado a partir de la base de datos publicada por New Economics Foundation (2006).
3. Indicador de Esperanza de vida tomado de UN Human Development Report (2003)
4. GDP per capita publicado por la CIA (2006), datos en US$.
5. Puntaje de acceso a la educación secundaria publicado por la UNESCO (2002)
Fuente: Adrian White 2006, Analytic Social Psychologist,
The World Map of Happiness, University of Leicester.

Al margen del escepticismo fundado o no que uno pueda tener acerca del impacto que tendrán el discurso presidencial del Dr. Alan García y su reciente inaugurado gabinete ministerial sobre la felicidad de los peruanos, no solo en estos dos siguientes lustros (recordemos que su discurso inaugural en 1985 ha tenido impacto hoy aun luego de haber pasado 16 años), sino en las próximas generaciones, creo que es importante primero establecer que es lo que los peruanos entienden por felicidad y como ellos se conciben en una mejor situación. Para ello es importante que el nuevo gobierno no tome un diagnóstico beligerante con el gobierno saliente, ni con los líderes y ciudadanos de nuestros países vecinos. En un mundo globalizado como el de hoy, el Perú debe dar ejemplo de una estrategia de cooperación antes que de competencia pues los costos económicos y sociales de pelearnos política y comercialmente son altísimos. No niego la posibilidad de ser competitivos y de tener un proyecto nacional que motive a todos los peruanos a superarse. Niego más bien la pretensión de ser un ejemplo de desarrollo económico sin tomar en cuenta la cooperación con el resto de las naciones vecinas de modo que ellas también resulten felices ganadores de este juego planteado por Alan. El desarrollo en la actualidad no se concibe únicamente como una estrategia interna, sino también como una estrategia de coordinación entre países vecinos. El APRA no salvará por si solo al Perú. Es necesario hacerle recordar esto a Alan. Estas próximas elecciones municipales serán una suerte de referéndum de su discurso y gabinete que ha presentado este 28. No se todavía como le responderán los países de nuestro costado.

Ojala escuche a tiempo.

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Foto tomada del diario La Tercera de Chile.

domingo, julio 23, 2006

La ley de Okun de la pobreza en el Perú

¿Existe una tasa de crecimiento económico por habitante mínima para que el país no vea aumentar ni decaer su nivel de pobreza? De acuerdo con Farid Matuk, actual Jefe del Instituto Nacional de Estadistica peruano, si lo hay, y esta la calcula en alrededor del 3.35%. Matuk calificó este porcentaje como "la línea roja del crecimiento" ya que si nuestra economía crece por debajo de ella, la pobreza aumentaría presionada por el incremento natural de la población. Este valor actualiza el estimado de 1.88% realizado por la revista Perú Económico de marzo del presente año.

Cabe destacar que la idea de este cálculo es una expansión de una conocida "ley económica" propuesta por Arthur Okun para la economía de los Estados Unidos. Pero esta no es propuesta para la relación entre el crecimiento económico y la pobreza. No, no y no. Esta tiene más bien en el objetivo a la relación entre el crecimiento económico y el desempleo. De acuerdo con Okun el se preguntó ¿Cuál es la tasa mínima que debe crecer la economía estadounidense para que el desempleo no aumente ni caiga? Según sus resultados esta bordeaba el 2.5%. Para el caso peruano, esta tasa ha sido estimada por el conocido estudio de Cecilia Garavito en 3.31% (Garavito, 2002).

Sorprendentemente esta tasa difiere en solo 0.04 puntos porcentuales con la tasa calculada por Matuk, lo que me lleva a realizar la siguiente reflexión expresada como pregunta: ¿La pobreza y el desempleo tienen una relación de impacto uno a uno? Es decir, por cada punto porcentual por encima de la "línea roja" los beneficios de la reducción del desempleo tendrían un impacto directo uno a uno en la reducción de la pobreza. La respuesta es no. Ello por dos razones principales.

La primera razón tiene que ver con el hecho de que no todo exceso del crecimiento económico percápita se traduce en una reducción proporcional del desempleo. En realidad, la reducción es menos que proporcional. Okun dejó en claro esta situación ya que proporcionó un coeficiente adicional, que es el que en realidad recibe su nombre, que responde a la siguiente pregunta, ¿Cuánto del crecimiento económico percápita adicional a la tasa mínima se traducirá en una reducción real del desempleo? De acuerdo con las estimaciones de Garavito este valor es de 0.0845. Ello quiere decir que por cada punto porcentual adicional sobre el crecimiento económico apenas un 8 y medio por ciento se traduce en un menor desempleo. Prácticamente nada. Este resultado contrasta con economías que tienen una mayor propensión a generar empleo como lo son la colombiana (indice de Okun igual a 0.52), la chilena (0.36) o incluso la venezolana (0.32). En otras palabras el Perú es un país reticente a generar empleo. En consencuencia, el Perú es un país reticente a resolver el problema de la pobreza. Y la historia de los últimos cinco años lo ha comprobado, a pesar de lo que señale Matuk. La pobreza afecta a uno de cada dos peruanos tan igual como lo fue al inicio del 2000.

La segunda razón, tiene que ver con que los beneficios del crecimiento económico percápita no se reparten de manera homogénea al interior de la geografía peruana. Como ya lo habíamos señalado en un artículo anterior, Lima se encuentra divorciada del resto del país no sólo política sino también económicamente. Correspondientemente, las tasas de pobreza son muy distintas y mas elevadas a la observada en la ciudad capital teniendo extremos en el resto del país donde ella es insoportable, como ocurre en Huancavelica, Apurímac, Ayacucho y Puno. Por esta razón, economistas como Kakwani o Ravallion utilizan un factor de corrección por desigualdad atribuíble a cada una de las naciones para aproximar cuánto del crecimiento económico realmente se traduce en una reducción de la pobreza. Para el caso peruano, existe un estudio de la CEPAL que indica como nuestro país no vería alcanzar su meta de reducción de la pobreza para el 2015 puesto que la desigualdad es muy elevada y no ha tenido cambio signiticativo alguno respecto a países como Argentina, Chile, Colombia, Honduras, Panamá, República Dominicana y Uruguay. Ello significa que el crecimiento económico peruano es ineficiente desde el punto de vista social por la elevada desigualdad que el país presenta. Una idea similar sería importante realizar a nivel de los departamentos del país donde es muy probable que descubramos que los beneficios del crecimiento económico no necesariamente se traducirán en una reducción importante de la pobreza en todos los departamentos como si se podría observar en departamentos como Lima, Trujillo, Moquegua o Arequipa por ejemplo.

Finalmente, es preciso llamar la atención sobre un tercer estudio que coincide con la "línea roja". Es el análisis del impacto del TLC Estados Unidos-Perú en la economía peruana realizado por Eduardo Morón de la CIUP. De acuerdo con este estudio, el crecimiento potencial de la economía peruana en el largo plazo como resultado del TLC es de 3.5%. ¿Podríamos decir entonces que gracias al TLC tenemos asegurado una tasa de crecimiento mínima que haga que la pobreza y el desempleo no aumenten? Preguntémosle al flamante Presidente Alan García a ver que dice. Si su propuesta renegociación implica que esta tasa se mantenga tranquila, probablemente podamos dormir tranquilos. Si no, es probable que los beneficios aún teóricos del Acuerdo Comercial ni siquiera asomen por nuestra ventana.

Con todo, sería interesante que las opciones de diseño e implementación de políticas públicas en nuestro país tomen como referencia esta suerte de tasa cabalística de crecimiento económico mínimo percápita para evitar que los dos problemas centrales de nuestra economía se incrementen vertiginosamente. Aunque en el fondo el problema que es necesario resolver es como hacer para que la economía peruana modifique estos parámetros. Es decir, cómo elaborar y poner en práctica políticas que hagan que el índice de desigualdad baje (calculado comúnmente con el índice de Gini) y que el coeficiente de Okun aumente de modo que los puntos adicionales del crecimiento económico signifiquen un beneficio más importante y equitativo para la mayoría de peruanos.

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Nota: Foto de Farid Matuk tomada de la web del diario "La República".

domingo, julio 16, 2006

De Fujishocks y Tolebombas: El plan del APRA piola nomás

La toma de mando del segundo gobierno de Alan García viene precedida por un cambio en el lenguaje técnico sobre los efectos perversos que tienen las políticas económicas en nuestro país. Un cambio en el lenguaje introducido por el APRA. Mientras que a principios de los noventa, el ajuste económico neoliberal del gobierno autoritario de Alberto Fujimori se le denominó con el término de "shock"; el ajustado pero bien llevado equilibrio económico y social neoliberal del gobierno democrático de Toledo ha resultado en la sospecha aprista de que este anida bombas que reventarían la cuestión social luego que el nuevo gobierno asuma el mando.

Las hipótesis en torno a la campaña de los Tolebombas pueden reducirse en dos:

a) El APRA ha detectado seriamente problemas en la gestión gubernamental de Toledo que los estaría heredando injustamente haciendo que su nueva gestión sea muy difícil.

b) El APRA esta inventando estos problemas a fin de ocultar los efectos de la instalación de la maquinaria aprista -no necesariamente corrupta- pero si derrochadora y negligente en su gobierno que hará que su gestión desde el Ejecutivo sea muy difícil.

Los problemas 'bomba' que ha identificado el APRA han sido de distinta naturaleza y procedencia. Se cuentan entre ellas el tema de la planilla dorada del Estado (las remuneraciones elevadas y no ordenadas dentro del empleo publico), el problema del abastecimiento de agua para Lima Metropolitana (existe un grave déficit de la oferta de agua para la demanda de mas de ocho millones de habitantes de la ciudad capital que haría necesario invertir en el proyecto Marca II lo que solo se logrará incrementando de manera importante las tarifas de consumo de agua potable), la sospechosa reducción de la pobreza calculada por el INEI (lo que no seria tan sospechosa dado que el crecimiento económico se ha mantenido en una dinámica marcadamente positiva desde el 2002, lo que sin embargo no significa, según el propio Jefe del INEI, que el problema haya sido erradicado significativamente al permanecer otros indicadores de la pobreza muy elevados), entre otros. Todos y cada uno de estos problemas tienen fundamento y de hecho, me parece positivo que se hayan tocado a fin de que se planteen algunas correcciones al respecto.

Sin embargo, llama la atención que en ningún momento el APRA haya cuestionado tres problemas de mayor envergadura originados por el accionar de Toledo que cuestionan los principios medulares de la filosofía aprista y que son dignos de llamarse verdaderas bombas nucleares según esa perspectiva:
a) El impacto del TLC sobre aspectos tan sensibles como la agricultura, los medicamentos y la propiedad intelectual. Alan García se ha cuidado de no asociar la palabra 'bomba' con la firma del Tratado aunque alguno de sus correligionarios ha hablado de renegociar el mismo, casi en voz baja.
b) El impacto del manejo de la deuda externa e interna sobre la administración del Estado. Nuevamente, Alan García se ha cuidado de no asociar la palabra 'bomba' con la política de reperfilamiento de la deuda externa que busca disminuir el riesgo cambiario (conversión de deuda en dólares o euros a nuevo sol), el riesgo de mercado (conversión de deuda a tasas de interés fijas) y el riesgo de refinanciamiento (conversión de deuda a una deuda de mayor plazo o de mayor vida media).

c) El impacto de las sobreganancias por la explotación de recursos mineros por parte de las empresas transnacionales sobre el tema tributario. Alan García no ha cuestionado en lo más mínimo los potenciales detonantes sociales asociados con la extracción minera beneficiados ampliamente por la administración de Toledo, y que como es obvio, los esta heredando en contra de sus principios.

No quiero que se me malinterprete. No cuestiono la importancia de los problemas que ha identificado el APRA. Al margen que ellos sean calificados como bombas, ellos forman parte de la reforma del Estado peruano tanto en sus aspectos políticos, económicos y sociales que deberán solucionarse a través de la interacción positiva de sus diversos actores. No obstante, creo que la nueva administración tiene en ciernes la ejecución de un plan de gobierno escrito, no en la preparacion para la contienda electoral del 2006, sino mas bien en torno a sus principios doctrinarios como partido escritos en el famoso articulo "What is A.P.R.A" por Victor Raul Haya de La Torre en diciembre de 1926 en la revista inglesa "The Labour Monthly". Un plan de gobierno que incluso sobrepasa las fronteras peruanas.

Esta es pues, una tercera hipótesis a la que encuentro mayor sustento por omisión de calificativos en la actual coyuntura. El APRA del nuevo gobierno de Alan García buscará rearmar su liderazgo latinoamericano. Ese que no pudo sostener cuando desafió al imperialismo yanqui con la tesis del pago de la deuda por un valor del 10% de las exportaciones. Los tiempos son propicios para Alan, con una América Latina que ya viró hacia la izquierda y con un Chávez perdedor en la arena política peruana le será más fácil apuntar hacia la unidad política de los países de la región. Entonces replanteará mejor su posición frente a los Estados Unidos: la solución política del problema del TLC y de la deuda externa como bloque regional (Ver Caretas Nº 1816, 25 de marzo de 2004, pp. 22-23). De paso se podrá dar el lujo de nacionalizar las empresas transnacionales mineras para solidarizarse con los pueblos aledaños que viven oprimidos. Estas acciones le permitirán al aprismo abrir un nuevo camino de esperanza para resolver el problema de la pobreza que aqueja a más de 213 millones de latinoamericanos de los cuales 11 son peruanos.

¿Le estallará en la cara nuevamente este plan? ¿Los 27 millones de peruanos recién contaditos tendremos que sufrir de una nueva explosión de crisis económica y social, pero esta vez, en tiempos globalizados? Recordemos que en los ochenta, Alfonsín y Sarney no le siguieron en su aventura contra el FMI. Pero es también verdad que ahora el FMI no es el mismo ente con estrategias pedagógicas perversas de países 'rebeldes' como Perú como lo fue en el pasado. ¿O quizás si? Espero no volver a convertirnos en carne de cañon del aprismo pues hoy, como sociedad civil, nos toca un rol mas importante que en el pasado. No se si para hacer que el plan de Alan se haga realidad sin muertos y heridos, o para que ni se le ocurra aplicar ese plan que ya sabemos que de todas maneras reventará en nuestras narices.

Mientras los medios y algunos académicos se entretienen drogados con las tolebombas y las reformas internas que se deberían hacer, Alan García Pérez, cual Mesías, buscará cumplir con su misión en esta tierra latinoamericana. Espero sinceramente, que la sociedad reaccione a tiempo para que no volvamos a necesitar de un subsiguiente y necesario shock para revivir.

lunes, julio 03, 2006

La desigualdad es buena para los ricos

Decir que el crecimiento es bueno para los pobres no es ninguna novedad en la actual literatura económica. Dollar y Kraay trataron este polémico tema de manera muy amplia en su documento Growth is good for the poor1 donde demostraban que independientemente de si se tratase de un pais pobre o rico; de si se tomase épocas de crisis o de bonanza económica; de si se tomasen paises donde exista dictadura o democracia, siempre se obtendrá un impacto 'uno a uno' del PBI per cápita sobre los ingresos del quintil mas pobre. Con estos resultados, se echaban por la borda varias 'creencias populares' como por ejemplo de que en la actualidad el crecimiento económico chorrea menos que antaño hacia la población mas necesitada.

Motivado por la discusión en boga sobre este tema preparé un artículo para el libro Perú Hoy que edita desco2, en el que en una de las secciones trataba este problema para el caso peruano. La principal limitación sin embargo, era la poca disponibilidad de información como para aplicar la regresión que Dollar y Kraay utilizaron en su investigación, a saber:
Yp = γ G + ym

Explicando de manera muy breve, Yp es el logaritmo del ingreso del quintil mas pobre, gamma es el coeficiente del indice de Gini (G) y finalmente Y m es el logaritmo del PBI per cápita.

A pesar de las limitaciones de datos para el caso peruano (solo se tomó la información disponible para cuatro años entre 1998 y 2001) los coeficientes encontrados guardaban concordancia con los resultados de Dollar y Kraay y todos ellos fueron significativos al 5%. Así, pude apreciar que en constraste con el quintil mas pobre de la sociedad peruana, el quintil más rico se ve premiado hasta en 2.54 veces por el indice de Gini (los pobres mas bien ven penalizados en sus ingresos en -3.65). Sin embargo, tambien pude comprobar que independientemente de si se tratase del grupo más pobre o más rico, el coeficiente que mide el impacto del ingreso medio sobre el ingreso del decil rico o pobre siempre es igual a la unidad.

Ambos resultados, me condujeron a la siguiente conclusión: los ricos ganan con la desigualdad y los pobres pierden. No obstante, ambos grupos ganan en igual magnitud (uno a uno) con el crecimiento.

Intranquilo por la limitación en la cantidad de datos trabajados para la regresión decidí tomar la información de la base de datos de Dollar y Kraay la que se encuentra disponible en la web del Banco Mundial 3. Luego de revisar la información cuidadosamente (obteniéndose una muestra de 365 casos de paises4, incluído el Perú), calcular el ingreso medio per cápita del quintil mas rico y aplicar la regresión se encontró lo siguiente:

Variable

Quintil

Sig

Rico

Pobre

Constante

0.1787

0.8854

0.00

Gini index

0.0178

-0.0361

0.00

Ln Ingreso

0.9946

0.9168

0.00

 

Como se puede apreciar, los coeficientes para el caso del ingreso son muy parecidos y próximos a la unidad, mientras que los coeficientes para el indice de Gini son opuestos: favorecen a los ricos y penalizan a los pobres. No obstante, la magnitud de ambos efectos es baja aunque si los apreciamos de manera proporcional los pobres son más sensibles a la desigualdad que los ricos, lo cual no es ninguna novedad pero si lo es la cuantificación.

Aunque estos resultados permiten al autor de este artículo tranquilizarse por haber comprobado la hipótesis inicial de que la desigualdad del ingreso favorece a los ricos en un plano mundial, queda entredicho el tema de la similitud de los coeficientes para el caso del ingreso del quintil rico o pobre. De hecho, si usamos un poco de álgebra no tan complicada puede llegarse a comprobar que todo este ejercicio econométrico, en realidad ha sido un esfuerzo en vano. ¿Por qué? La explicación radica en que la ecuación trabajada por Dollar y Kraay, que luego de haber sido explorada para el presente articulo pude comprar que se deriva de una función matemática muy sencilla conocida por la ingenieria financiera (e= 2.718):

y 1 = y * e γG

Y si escribimos de manera muy aparte una relación entre el ingreso medio total y el ingreso medio del quintil pobre o rico en función del peso del ingreso del resto de los quintiles (k) podemos llegar a la siguiente relación:

y 1 = y * 5 (1 - k)

Igualando las dos ultimas ecuaciones se puede demostrar que si uno toma al quintil más pobre, 'k' determinará que el coeficiente gamma sea siempre negativo. En cambio, si se ha tomado al quintil mas rico, 'k' determinará que el coeficiente del Gini sea siempre positivo.

¿Qué cosa se ha demostrado con esto hasta aquí? Que las regresiones sólo confirman una relación matemática exacta. Las diferencias sistemáticas pueden atribuirse una parte a la variabilidad de proporciones del quintil rico o pobre en cada pais y la otra parte a que se ha tomado el ingreso medio per cápita como un aproximado del PBI per cápita para el cálculo del ingreso del decil más rico.

Por eso, Dollar y Kraay en vez de preguntarse del porque de la regularidad en el hallazgo del coeficiente del ingreso per cápita (siempre igual a la unidad) aplican todo un conjunto de variables y controles para encontrar impactos diferenciados entre paises llegando a la fácil y tautológica conclusión de que ninguno de estos se encuentra sistemáticamente relacionado con el ingreso de los pobres, sino solamente el crecimiento económico y por lo tanto: "el crecimiento es bueno para los pobres".

En resumidas cuentas, el documento de Dollar y Kraay ha sido elaborado para dar sustento a ideas preconcebidas acerca del efecto del crecimiento economico sobre la pobreza, soslayando la explicación de que su investigación no es otra cosa que una regularidad matemática y no empírica. A pesar de esta constatación sin embargo, debe tomarse en serio la siguiente declaración de ellos mismos:

"Esto no implica que el crecimiento es todo lo que se necesita para mejorar los niveles de vida de los pobres. Al contrario, estos hallazgos dejan un campo abierto para más investigaciones porque estos enfatizan de que sabemos muy poco acerca de qué factores causan cambios sistemáticos en la distribución del ingreso..." 5.

Y tienen mucha razón.

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1 Dollar y Kraay, "Growth is good for the poor", 2000, The World Bank.

2 "Pobreza y desigualdad en el Peru: los promedios no bastan" en Peru Hoy, Julio 2003, Lima, desco.

3 http://www.worldbank.org/research/bios/akraay/  Visitado en Junio 2003.

4 Se eliminó al menos 12.7% (53 casos) de la base de datos original puesto que no se contaba con los datos de los quintiles de ingreso para poder calcular el promedio de ingresos del quintil rico.

5 Traducción libre, Dollar y Kraay, Ob. Cit.

sábado, julio 01, 2006

Economía de USA entre 1999 y 2004: El chorreo falló

Al parecer, el problema de la divergencia entre el bienestar macroeconómico y el malestar microeconómico no es exclusivo del Perú. Sandra Pianalto, Presidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, acaba de manifestar que la creciente prosperidad de los Estados Unidos ha fallado en erradicar la pobreza de sus ciudadanos menos entrenados. Por lo tanto, sugiere, la mejor manera de cerrar esta brecha de riqueza es a través de la educación. Habrá alguien entre nuestros especialistas de la pobreza que pueda asesorar en el diseño de políticas específicas para los implementadores de política allá en USA? Reproducimos el texto del discurso a continuación, tomando como precaución que las cursivas son nuestras.

The Challenge of Concentrated Poverty
Sandra Pianalto
President and CEO
Federal Reserve Bank of Cleveland

Community Development Policy Summit

June 22, 2006

So often lately, I find myself in front of an audience speaking in very measured words about the economy and monetary policy. While community development is a topic that may be less visible in the financial press, it is one that is equally meaningful to all of us here. The work that you do - whether in banking, community outreach, public policymaking, teaching, or research - reflects a dedication to bettering the lives of others.

We are here today and tomorrow to examine concentrated poverty - that is, poverty that affects more than 40 percent of people living in a particular region or city - through the lens of community development. I think we can all agree that community reinvestment initiatives have done a great deal to help low- to moderate-income families over the past generation. But we know that there is still a long way to go.

It took a recent catastrophe - Hurricane Katrina - to refocus our nation's attention on poverty. The disaster in New Orleans last year reminded us that even in twenty-first-century America, some people still have limited access to bank accounts, permanent homes, and transportation. Hurricane Katrina and its aftermath have compelled the public and our policymakers to recognize the enormity of poverty in America and to explore public policy solutions to this enduring problem.

In approaching this policy summit, you may be wondering: What is the Federal Reserve System's connection to concentrated poverty? Why does the Cleveland Fed care about this issue?

The fact is that we are committed to the goals of community development. Our Community Affairs program helps us fulfill one of our important public policy mandates - to enforce fair-lending regulations that protect consumers in the financial marketplace. We also believe that understanding the issues behind concentrated poverty will help us better assess overall economic performance.

I will begin my remarks with an overview of the Federal Reserve's role in community development. Next, I will describe more broadly some of the progress made over the past few decades and some of the continuing challenges we all face in addressing poverty. Finally, I will share my thoughts on why I think this type of policy summit can help lead to positive change.

Please note that the views I express today are mine alone. I do not presume to speak for any of my colleagues in the Federal Reserve System.

I. The Federal Reserve and Its Role in Community Development

Let me begin with some background on the Federal Reserve System and how our work relates to the overall area of public policy that you are interested in: community development.

You are all probably familiar with the Federal Reserve's role in setting our nation's monetary policy. The 12 Reserve Banks also provide financial services to banks and the U.S. Treasury, cooperate with the Board of Governors to supervise banks, and conduct economic research.

Over the past few decades, the Federal Reserve has pursued a broad range of research involving patterns of wealth and poverty. We want to better understand how concentrated poverty affects market efficiency and economic growth. We know that most people who are trapped in poverty cannot participate fully in the labor market or the financial system. So there is good reason, just from a macroeconomic viewpoint, for the Federal Reserve to analyze these issues.

But our involvement actually reaches much further. As part of our responsibilities to promote fair and equal access to credit and to protect the rights of consumers, the Federal Reserve has become involved in community development, especially as the nation's fair-lending laws have evolved over the past few decades.

Congress gave the Federal Reserve a substantial role in the regulation of lending practices through the Truth in Lending Act of 1968. This law was designed to protect consumers in credit transactions by requiring lenders to disclose the terms of credit and the costs associated with borrowing money. As the civil rights movement gained momentum across the nation, Congress quickly moved beyond general consumer protection laws into various antidiscrimination lending laws.

Before these laws were enacted, there was a growing concern that access to credit was not being provided on a fair and equal basis. But now an array of federal and state fair-lending laws have been enacted to safeguard consumers' rights in our financial system, including in home-mortgage lending. In fact, the Federal Reserve has recently intensified its focus on data derived from the Home Mortgage Disclosure Act of 1975.

Another important law is the Community Reinvestment Act of 1977, which we all know as CRA. The Federal Reserve has had a role not only in writing and enforcing the regulations associated with this legislation, but also in studying its effects over time. In fact, Glenn Canner and Robert Avery at the Board of Governors have reported that since the law was enacted, banks have greatly increased their presence in low- to moderate-income communities and have introduced products and services tailored to these markets - while still making a profit.

Over the years, community reinvestment strategies have certainly benefited people in these markets. By establishing banking relationships, people gain a building block of economic success: access to credit. Of course, access to credit - by itself - is certainly not a solution to poverty. But the wise use of credit enables individuals and families to accumulate wealth, make sound investments, and avoid costly financial mistakes.

In light of all of these initiatives, the Federal Reserve has taken a leadership role in supporting community development. Each of the 12 Federal Reserve Banks has a strong Community Affairs office. This function has grown to encompass applied research, public programs, outreach, and public education in "best practices" for community development practitioners - all with the goal of improving conditions in low- to moderate-income communities. Our policy summit today is part of that education and outreach effort.

The Federal Reserve's Community Affairs offices are also working with the Board of Governors on a multiyear project focusing on concentrated poverty and its effect on community development. The group is now collecting data, studying trends, and investigating the outward migration of concentrated urban poverty. We hope to bring new insights to the public policy debate over the coming years.

II. Addressing Poverty: What Has Been Accomplished - What Remains to Be Done

So here we are in 2006, nearly 40 years after the fair-lending laws first made their appearance. What has been accomplished in reducing poverty over the past generation, and what still remains to be done?

By the late 1990s, poverty rates had fallen close to their historical lows. However, census data indicate that overall poverty has actually inched higher from 1999 to 2004. You will hear more about that trend this afternoon. We also know that income inequality has worsened, and there are increasing concerns that income mobility - one of the cornerstones of the American dream - is decreasing. And although concentrated poverty appears to have declined somewhat in recent years, part of that decline was caused by the geographic dispersion of poor people rather than by an actual reduction of poverty itself.

Recent economic research has also verified what we have all been reading and observing lately - Americans with weaker job-market skills have not benefited as much from the growing U.S. economy as have other Americans with higher-level skills. Economists call this "skill-biased technical change." People who lack the skills needed to keep up with changes in technology cannot take full advantage of the benefits of the growing sectors of the economy. If lower-skilled Americans fall further behind, the result will be increased income inequality and, ultimately, greater poverty.

Despite these trends, we can learn from some recent experiences that will help us focus on the most promising places to expend our energies to combat poverty. Through the Federal Reserve's research and outreach, we have been learning where different approaches can lead to better outcomes.

At the Federal Reserve Bank of Cleveland, our research staff has helped us to understand that human capital is every bit as important as physical capital in driving innovation and income growth. That has led our Bank to sponsor forums on the economics of educational attainment and to conduct studies on the links among education, innovation, investment, and economic performance.

Our Bank has also taken part in new research that aims to find a more comprehensive measure of economic trends in Northeast Ohio. This is the "Dashboard Indicators" project, which collects detailed information about the economic performance of the region, including poverty rates, to better focus regional economic development efforts. You will hear more about this project in just a few minutes.

Data will be critical in any effort to overcome concentrated poverty. Chairman Ben Bernanke expressed this idea well in a recent speech: "Both government policymakers and community-development organizations need the 'reality check' that hard data can provide. To know whether our policies and programs are delivering the desired results, we need to be able to measure inputs and outcomes, program by program and community by community. Better information increases accountability and promotes good governance in both the public and the nonprofit sectors."

I could not agree more with the Chairman's comments. And indeed, throughout the Federal Reserve System, we have been taking an active role to uncover the hard data that will lead us to the priorities of better accountability and better outcomes.

III. How This Policy Summit Can Lead to Positive Change

We know the questions that must be answered: How can we strengthen workforce skills? How can we reduce income inequality and help promote the American ideal of income mobility?

Answers to those questions can begin to emerge from policy conferences like this one. I am proud that the Federal Reserve can serve as a facilitator for your analysis and collaboration.

Our conference agenda has brought together experts from across the nation who can explore the complex details of concentrated poverty, and who can suggest ways to overcome it. We are privileged to have with us as our keynote speaker Dr. William Julius Wilson - a nationally recognized expert on urban poverty - who will discuss some of the root causes of poverty.

In your discussions here, both today and tomorrow, I encourage you to be bold in your thinking, to challenge assumptions, to envision not what has been but what could be.

Some will say that the problem of concentrated poverty is insurmountable. Confronting the dilemmas of wealth and poverty may, indeed, be the one of the most difficult challenges of our generation. But let's step back and ask ourselves: What kind of society will we leave to the next generation? One that is rigidly stratified by economic class? Or one that allows for income mobility, permitting individuals and families to rise as far and as fast as their own talents will take them?

Even when the policy answers to these problems are identified, mobilizing the public to pursue them will require tremendous efforts. Yet throughout our history, each generation has faced challenges involving such fundamental social questions.

A great American lawmaker of the nineteenth century, Daniel Webster, once reminded the nation of the task ahead: "Let us develop the resources of our land, call forth its powers, build up its institutions, promote all its great interests, and see whether we also, in our day and generation, may not perform something worthy to be remembered."

Webster's comments are just as relevant for us today. In our day and generation, our nation enjoys material wealth in a measure that Americans have never before known. However, we know that not everyone shares those advantages. There is no better time for bright, talented, and motivated people to dig in - to grapple with the enduring issue of poverty amid plenty - and to fulfill a task that will truly be "worthy to be remembered."

Discurso de Mrs. Pianalto en la web de la FED de Cleveland

Nota periodística de este discurso en Reuters:

Fed's Pianalto - tackle poverty by boosting skillsReuters.comJune 22

El "divorcio" de Lima con el Perú

Muy interesante el reciente artículo de Humberto Campodónico, en el que mas allá de cuestionar las bondades o malestares que acarrearía la firma del Tratado de Libre Comercio entre Perú y Estados Unidos se llama la atención sobre la forma en que este ha sido aprobado por el Congreso, "entre gallos y medianoche" imitando el modus operandi antidemocrático del fujimorismo de los noventa.

Un TLC bastardo / CRISTAL DE MIRA / Humberto Campodónico

Quiero resaltar dos ideas esbozadas por el texto: el asi llamado "divorcio" entre Lima y el resto del país, especialmente las regiones de la sierra rural, y las compensaciones de los perdedores del TLC.

En primer lugar, el divorcio entre "el campo y la ciudad" o "Lima y las diferentes regiones del pais" se refleja en las tres dimensiones mas importantes de nuestra sociedad: la política, la social y la económica. En efecto, esta idea de "divorcio" se ve reflejada políticamente por los resultados de las recientes elecciones presidenciales donde la sierra rural sur votó mayoritariamente por el Humalismo contrastando con la costa norte y Lima que votaron mayoritariamente por el APRA. Desde un punto de vista social el "divorcio" se puede apreciar por el contrapunto en las tasas de pobreza que ostentan las regiones de la sierra centro y sur (Ayacucho 64.9%, Apurimac 65.9%, Puno 79.2% y Huancavelica 84.4%; Cifras del INEI - ENAHO 2004) las que contrastan con las observadas por Lima (37.1%) o la costa norte (La Libertad 48.2% y Lambayeque 46.7%). En ese mismo sentido, tomando en cuenta Lima y Callao versus las regiones tenemos que en la capital la pobreza extrema alcanza al 3.4% de su población mientras que en el resto del país esta es del 25.6%. Desde el punto de vista económico, aunque solo disponemos de los estimados 'no oficiales' del Instituto Cuánto, estos muestran que históricamente el PBI Limeño ha concentrado la tercera parte del PBI del país lo que nuevamente pone en primera plana el "divorcio" que habla Campodónico.

No obstante, mi reflexión sobre este punto es que en realidad, en toda la historia del Perú republicano, nunca hubo un "matrimonio" o ni siquiera un "servinacuy" entre Lima y el Perú. La modernidad ha ido tejiendo la idea de que existe un solo Estado y una sola nación instaurando proyectos de unificación y homogenización de la sociedad contraproducentes (vease por ejemplo el caso de la educación básica peruana). Por ello, la realidad se ha encargado de golpear duramente esta tesis señalando que en verdad lo que existe es un espacio geográfico con gentes de diversas culturas que precisaba mas bien de la construcción de un Estado multinacional que incluyera esta diversidad. Por ello finalmente, cuando Lima se vió desbordada por la migración de los sesenta y setenta, Lima se multinacionalizó y el Estado se empequeñeció aún más dentro de la capital. El Estado ya no pudo controlar las presiones crecientes y galopantes de informalidad en la iniciativa privada de los microempresarios migrantes. Consecuentemente, a fines de los noventa se encontró que la pobreza se habia instalado también en las principales urbes, a pesar de los esfuerzos de legalización pro capitalista de economistas 'bien intencionados' como De Soto. Esta discusión implica que aun no se ha hecho un esfuerzo por construir un Estado con un régimen semi-presidencialista, que otorgue una mayor representación política al Parlamento a fin de tener un mayor impacto en la construcción de una sociedad mas integrada y justa que aproveche e incluya a la diversidad de culturas que contiene el Perú. Es por ello que desde mi punto de vista, por ejemplo, el camino ensayado de la descentralización no tendrá éxito mientras que no se contemple, en primer lugar, reformar el Estado en su sistema de gobierno.

En segundo lugar, quiero discutir la idea de las compensaciones que se van a destinar a los perdedores de este Tratado: los agricultores. Varias preguntas necesitarian ser respondidas: ¿Cuál va a ser el monto de estas compensaciones? ¿Cómo se van a financiar? ¿Cómo se van a distribuir? ¿Con que frecuencia? ¿En qué periodos? ¿Serán monetarios o en especie?. Estas compensaciones, en cualquiera de sus formas, ¿Permitirán competir con la cantidad de recursos que destina el gobierno norteamericano a sus agricultores? . La respuesta puede explorarse por el lado de la tecnología que respalda a estas subvenciones (semillas mejoradas, asistencia técnica, sistemas de seguros, etc.) que tienen una inversión estatal de mayor grado y calidad que el nuestro lo que en el terreno significa una mayor productividad y una mayor posibilidad de colocación exitosa de sus productos que en nuestro caso.

A pesar de lo anteriormente señalado, quisiera enfatizar una pregunta fundamental: ¿Cuál es la compensación de arranque o inicio que es preciso destinar a los perdedores de nuestra economía por no haber sido incluídos en el TLC regional con Lima? La respuesta no puede verse unicamente con las compensaciones pecuniarias relativas al TLC USA-Perú. Tiene que ver con el TLC Lima-Resto de regiones en donde el Estado ha dejado con un grave déficit de inversión en capital físico (me refiero a infraestructura como límite menor, pero sería deseable el desarrollo y promoción de tecnologías como límite superior) y humano (educación básica y experimental) en estas regiones que han sido dejadas de lado del mercado. Por no haber compensado este déficit, el país ostenta aun un importante contingente poblacional en extrema pobreza y puesto que los niveles de inversión en capital humano han sido altamente desiguales (es decir entre lo que el Estado destinaba para los peruanos menos favorecidos frente a lo que gasta una familia no pobre en un centro de estudios privado) se ha terminado por potenciar o reforzar, mejor dicho, la desigualdad de los ingresos de nuestro pais y por lo tanto el continuo fracaso en su inserción en el mercado.

En conclusión, las dos reflexiones hechas me convocan a anunciar que es preciso construir un Estado que permita integrar a las diferentes naciones que concentra el espacio que conocemos como Perú. Logrando ello (al menos medianamente en el mediano plazo) podremos recién hablar de un "matrimonio" donde los aspectos político, social y económico estén claramente definidos como palancas de desarrollo, dentro del marco de una institucionalidad que aun carecemos pero que afortunadamente cada vez se discute mas y se toman algunas decisiones favorables a pasos cortos pero seguros. Sin embargo, este camino, podrá hacerse no sólo de la mano de un TLC entre espacios geográficos internacionales sino también al interior de las regiones del Perú. Ni que decir que el TLC no sólo debiera ser de productos y capitales sino tambien de la mano de obra. Para ello, para poder competir en una relativa igualdad de condiciones y oportunidades, es preciso contar tambien con una "compensación de arranque" que puede estimarse de manera concreta en el déficit de inversión en capital humano y en tecnología que nuestro Estado aun no se decide cubrir. Si no se ha cubierto ese paso, ¿Cómo sera cubierto el otro?