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miércoles, enero 30, 2008

Democracia y ciudadanía

Con beneplácito veo como el diplomado de Democracia y Ciudadanía impartido por el Centro Guaman Poma de Ayala (en coordinación con la Pontificia Universidad Católica del Perú) desde mediados del 2007 haya incluido dentro de sus materiales algunos de los resultados de mis análisis sobre la relación entre las políticas públicas, el crecimiento y la pobreza en nuestro país. Las ideas más importantes son (descargar material aquí, pdf):
  • El Perú es un país reticente a crear empleos. Esto resulta al comparar el coeficiente de Okun (la sensibilidad del empleo ante un incremento del PBI por encima de su valor tendencial) de varios países latinoamericanos, donde el Perú observa un valor que nos coloca en la base de la distribución.
  • En nuestro país, la efectividad de las políticas económicas para reducir la pobreza es baja. Es decir la capacidad de la economía para crear nuevos no pobres es muy baja frente a la que tiene para crear nuevos pobres.
  • En nuestro país, la sostenibilidad de la no pobreza se ha ido deteriorando. Es decir, los que pueden mantener su situación de no pobres ha sido cada vez menor frente a los que se encuentran confinados a permanecer en pobreza.
  • Y, finalmente, la elasticidad crecimiento-pobreza tiene un comportamiento bivalente (un hallazgo que no sólo es para nuestro país). Cuando hay un periodo de crecimiento económico la reducción de la pobreza es lenta. Pero cuando asistimos a un proceso de desaceleración de la economía el incremento de la pobreza es bastante más rápido.
Ojalá que la discusión que haya generado estos hallazgos sean de mucho provecho para que la región cusqueña plantee rutas coherentes para la política de desarrollo económico regional que reduzca con efectividad la pobreza del sur peruano.

domingo, enero 13, 2008

Varado fuera de Lima por la hija de Bush

¿Pueden los aeropuertos de un país paralizar y obstruir la libre movilidad de medio país por la sencilla razón de la visita de la hija del presidente del país más poderoso del mundo? Pues sí. Sobre todo si este Presidente acaba de firmar el TLC a un país subdesarrollado como el nuestro, que maneja su gobierno como si el resto de peruanos no existiera.
El día de ayer tenía programado al igual que otros cientos de personas volver a Lima desde la ciudad de Arequipa (por supuesto han habido cientos de personas más en otras ciudades). El tema es que con el cuento de que la ciudad blanca se encontraba cubierta por nubes y lluvias suspendieron no sólo los vuelos de Lan sino también todos los vuelos de la tarde de Aerocóndor y otras líneas aéreas dejándonos varados en esta ciudad.
¿Pero cómo pudieron ocultarnos el verdadero motivo de que no podíamos movilizarnos libremente a donde quisieramos? Claro, porque realmente el interés privado se opuso al interés de miles de peruanos que querían movilizarse como se supone pueden hacer en una nación libre y soberana. Pero como nuestras autoridades no comprenden nada de derechos humanos o cuestiones tan básicas de respeto mutuo y nos creen y nos tratan como a unos subnormales, entonces cualquier cuento es válido.
¿Los medios han hecho un escándalo por eso? Sólo he visto esta primera plana del diario Correo. No hay nada en otros diarios de alta lectoría. Es lamentable que nuestras autoridades no tengan capacidad de negociación para cuestiones tan básicas que son derechos fundamentales del ser humano de cualquier parte del mundo.
Tal como dice un amigo, si Kafka hubiera sido peruano y hubiera escrito en estos días sería costumbrista...
Ya pues Alan, no exageres en ser tan servil al imperio.

Los lentes para mirar al sur del país

Es curioso. El diario El Comercio, en su informe dominical de hoy, propone mirar al sur del país, bajo los anteojos de una lectura tradicional: el sur es aimara, es étnica, es conflictiva, es contrabandista, es la suma de todos los males. Creo que este tipo de miradas no ayuda a nadie, ni al lector limeño ni al puneño. A ningún peruano.
Este es el tipo de discurso que precisamente ha permitido que algunos líderes locales del sur peruano ganen un espacio político de cara a la búsqueda de una identidad en contraposición con la que representaría el gobierno central, a la de los "limeñitos mazamorreros".
Digo esto porque suelo visitar con cierta frecuencia a las regiones puneñas y he podido apreciar como los diarios de Lima son leidos atentamente todos los días por los líderes que tienen tribuna en las televisoras locales. Uno de estos artículos provocadores desde Lima, por ejemplo, fue el escrito por Pedro Salinas en el diario Correo acerca de la ciudad de Juliaca, y que reza así:
[...] Juliaca, esa ciudad parida por el diablo, caótica e insufrible, cuna de contrabandistas, antónima de la estética, antesala del infierno, desde la que se yergue un huachafí­simo monumento al carretillero, en la que a uno le asalta la sensación de Richard Kimble, donde lo primero que se piensa al entrar en ella es cómo escapar de ahí­ [...].
Yo estuve en Juliaca dos semanas después de que Pedro Salinas escribiera este asunto. Y en una televisora local le dieron tribuna a un tipo que comenzó a criticar el artículo, al autor, al director y a los limeños porque no era posible que pudieran expresarse así de ellos, siendo que ellos son una nación aymara, superior, y bla bla bla lo que descubre ahora el Comercio como si fuera de hoy el problema.
Con todo creo que habría sido más saludable que propongan el tema con comentarios de personajes reconocidos no sólo de Lima, sino del sur para que aborden la problemática desde un punto de vista más alturado que sólo destacar los problemas que en todo sitio suceden.
Ojalá algún día aprendamos a convivir como país, que miremos con los ojos abiertos sin ninguna lente "étnica" como si el resto del país estuviera poblado por bichos u otra clase de seres. Bien recuerdo las palabras de un notable profesor que señalaba que lo más importante para lograr que una sociedad sea tolerable y que tenga identidad es que sepa ejercer y valorar la justicia. Y no porque yo sea de aquí y tu de allá.
Justicia es lo que falta en nuestro país si no, no tendríamos estas muestras de subdesarrollo en la primera plana de nuestros diarios más "sesudos".

jueves, enero 10, 2008

La pobreza de ser obesos

Forbes anuncia que según el último ranking de obesidad mundial, el Perú ocupa el 46avo lugar (es decir estamos dentro de los 50 primeros) con alrededor del 59.6% de su población de 15 años a más en dicha situación. ¿Puede ser esto un fenómeno atribuible a la prosperidad de más de 70 meses de crecimiento económico sostenido o a la pobreza persistente que no baja del 50% de su población total?

No, este es un problema que se ha ido acumulando con un proceso de mayor duración que ha movido a nuestra fuerza laboral trabajar largas jornadas laborales, restándole tiempo al ocio y la diversión (y por lo tanto a las posibilidades de hacer ejercicio) junto con la proliferación de negocios de fast foods (hablo tanto transnacionales como de los de barrio) que se han dado desde principios de los noventa, la cual ha reemplazado peligrosamente la costumbre de comer bien y variado de lo nuestro.

Y es que tal como lo asegura Daniel Esptein a Forbes, de la Oficina Regional para las Américas de la OMS, "La obesidad se ha convertido en un problema de la pobreza". Esto implica que nuestro país debe prepararse para asumir costos no previstos en su alicaído sistema de salud donde el tratamiento de la hipertensión, la diabetes, la gota, entre otros males comenzarán a ganar lugar porque cada vez más pobladores de menores ingresos lo sufren.

Esto restará eficacia a los recursos disponibles para los programas alimentarios destinados a la población en extrema pobreza que por lo general se encuentra excluida fuera de las ciudades, en el área rural andina. Ya que los que se encuentran acá, trabajando en el sector informal básicamente, se alimentan diariamente de cualquier dulce o fritura que tengan disponible en la esquina, sin reparar los efectos que ello tenga en su salud.

Esta dimensión de la economía informal no ha sido abordada en absoluto y sin embargo es un problema patente. Personalmente he sido testigo de cómo en algunos colegios públicos los niños intercambian su bolsita de leche provista por algún programa en particular por una bolsa de tripas fritas en aceite reusado de varios días o algún dulce de dudosa procedencia que luego lo consumen como si fuera su almuerzo del día.

Con el tiempo obtenemos niños y niñas aparentemente robustos, pero desnutridos y con una mecha encendida de largo plazo que reventará dramáticamente en sus vidas por el elevado número de calorías y azúcar acumulado en sus cuerpos.

A esto se suma que, al volver estos niños a la tienda de su papá o su mamá en el mercado (pues ni modo que regresan a casa ya que eso sucede a las 11 o 12 de la noche luego de haber ayudado en el negocio), vuelven a consumir cualquier otra fritura que cocina la pollería de la vuelta y algún dulce o gaseosa adicional para cerrar la noche.

Con lo anteriormente descrito, creo que queda graficado de manera muy clara cómo el problema de la obesidad se instala en la pobreza de las áreas urbanas, donde la microempresa aún se ve como la punta de lanza de la creación de empleo, pero no de los ingresos ni tampoco de la buena salud.

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Otros países latinoamericanos en la lista de los más obesos son:

13. Argentina
19. México
23. Chile
24. Venezuela
31. Bolivia
33. Guatemala
41. Nicaragua
42. Cuba
46. PERU
60. Costa Rica
61. Colombia
85. Panamá
88. Brasil
93. El Salvador
96. Paraguay
101. Ecuador
117. Honduras

miércoles, enero 09, 2008

Perú y Egipto: altos costos ambientales

Aparte de ser los países que albergan a los dos ríos más largos del mundo, Egipto y Perú son los países que tienen la más alta proporción de costos ambientales respecto del PIB según el ranking publicado por Larsen y Strukova (pdf) en octubre del 2005.

El ranking va a continuación:

Estos datos han tenido una profunda utilidad en nuestra realidad. El Congreso ya emitió el proyecto de ley que crea el llamado Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (#02026, pdf), el cual es uno de los pocos textos que se ha producido con toda la rigurosidad y autocrítica necesaria para impulsar el tema ambiental.

También hay un elocuente análisis costo beneficio donde se explica que el ahorro logrado con lo que se invierta en este ministerio en los próximos años provocarán un ahorro significativo de una cifra que represente una proporción menor o igual a la estimada por los investigadores arriba citados.

A pesar de los posibles problemas de diseño, creo que este paso es muy positivo para nuestra economía y en general nuestra sociedad. Nada funcionará si la sociedad no está informada como para que tome cartas en el asunto y haga frente tanto a la gran minería como a la informal. Aunque estas no son las únicas fuentes de contaminación.

Afortunadamente cada vez más personas son conscientes de la necesidad de cuidar nuestro medio ambiente para el bien de las futuras generaciones.

martes, enero 08, 2008

La desigualdad en tiempos de los incas

¿Era las sociedades que convivían con la incaica más igualitarias que las actuales? ¿Tenían los antiguos romanos o babilonios una sociedad menos desigual que la vivida en la actualidad? En general ¿El modo capitalista de producción ha creado un mundo moderno más desigual que el que se tenía en el pasado histórico?

Esta pregunta ha sido abordada por tres investigadores destacados: Branko Milanovic, Peter H. Lindert y Jeffrey G. Williamson en su documento de trabajo Midiendo la desigualdad de la antigüedad (pdf). Ellos han llegado a la conclusión de que la desigualdad de las sociedades antiguas, no era significativamente distinta de lo que observamos en la actualidad, en promedio.

No obstante, ellos inventan un nuevo concepto -el cual es todavía un poco difícil de explicar- para evaluar la desigualdad entre las sociedades antiguas y las modernas: el índice de extracción de la desigualdad, algo así como cuánto de la desigualdad potencial era convertida realmente en desigualdad, esto es, un índice de extracción de valor de las clases dominantes.

El resultado es, según estos investigadores, que las sociedades antiguas tenían de hecho una mayor capacidad para oprimir y extraer riqueza de sus súbditos que la capacidad que tienen actuales sociedades modernas. Para comprobar esta hipótesis logran ensayar una regresión donde con una variable dummy descubren que las sociedades coloniales tienen una mayor capacidad para ser desiguales que las sociedades autónomas.

Lo gracioso de este estudio tan serio es que parece enarbolarse la idea de que afortunadamente después de todo, hoy tenemos una sociedad efectivamente menos desigual que en el pasado, pero potencialmente más desigual que lo que fue para nuestros antiguos pobladores. Si no fuera por la democracia y otros inventos modernos vigentes probablemente seríamos efectivamente más desiguales que en el pasado.

Así que, pues, la moraleja sería que debemos hacer todo lo posible para que la democracia funcione para seguir en tal estado armonioso. ¿Pero me pregunto de qué tipo de democracia global estamos hablando? Pues no todas las democracias funcionan igual, sobre todo en economías mercantilistas altamente desiguales como la peruana, y menos en su diplomacia externa.

Hoy, luego de 16 años de un modelo de crecimiento económico basado en el modelo del Consenso de Washington tenemos una tendencia decreciente en los niveles de pobreza que vale la pena felicitar pero no sucede lo mismo con la desigualdad. Hoy tenemos un nivel récord de desigualdad como nunca antes se había observado desde mediados de los años ochenta tal como he documentado en el siguiente post.

Con este panorama, uno puede concluir que si el modelo implementado desde los noventa implica el inicio de la revolución capitalista en el Perú (parafraseando a Althaus), empezamos mal, pues lo hacemos sin redistribuir y sin reducir la capacidad de convertir en realidad la desigualdad por parte de las clases dominantes de nuestro país.

La oportunidad de cambiar este fenómeno todavía está a las puertas, y es necesario que se tomen las políticas necesarias para alcanzar dicho objetivo, si no, seguiremos peor que en los tiempos en que iniciamos nuestra carrera hacia un capitalismo coherente e inclusivo.

El nuevo mercantilismo

Robert J. Samuelson compara el TLC USA-Perú con el retorno de la Era del Mercantilismo antes que con una apuesta concreta por el desarrollo armónico de una región como es la latinoamericana. Y lo hace con las siguientes palabras:
Aquí les tengo un pequeño cuestionario: ¿Qué tienen en común: (a) Vladimir Putin, (b) la moneda china, el renminbi, (c) el acuerdo de libre comercio EE.UU.-Perú, y (d) Hugo Chávez? Respuesta: Todos ellos reflejan el "nuevo mercantilismo". Es un desarrollo siniestro que afecta a la economía mundial. En la medida que estos países se vuelven más interdependientes económicamente, son también cada vez más nacionalistas. Ellos están adoptando políticas destinadas a promover sus propios intereses económicos y políticos a expensas de otros países. Tal como se practicó a mediados del siglo 19, el [nuevo] mercantilismo está encaminado a hacer precisamente eso.
Y es que Samuelson no le perdona a los actuales líderes de la política comercial peruana el hecho de jugar un rol político y económico 'privado' (en el sentido que no la negociación de bilateral de Perú con EEUU deja de lado la posibilidad de negociación en conjunto con otros países de la región) que diluye toda posibilidad de negociación futura en Rondas como la Ronda de Doha.

Es bien conocida la treta de negociar con el jugador más débil para establecer un precedente para negociadores más fuertes y así ganar la batalla conjunta. No es que Perú sea precisamente un jugador económicamente débil, pero si lo es desde el punto de vista político, así que es un buen ejemplo a tomar y ganar para diluir cualquier negociación futura de mejores condiciones de comercialización de los productos agrícolas producidos por los países en vías de desarrollo.

Por eso es que Alan García ha ofrecido sus servicios a los Estados Unidos para ser una especie de vocero estratégico para la región. Ojalá que no se lo tome muy a pecho pues si el modelo no funciona ante un shock de caída de los precios internacionales de los productos mineros, es muy probable que nos encontremos en el mismo lugar (quizá peor) que estuvo la Argentina, luego de la crisis del 2000.

Nos hubiera salido un poco más tedioso negociar un TLC latinoamericano con los EEUU, pero no imposible. Y probablemente habría sido más rentable en el largo plazo, sobre todo desde el punto de vista social, ya que nos habríamos evitado ensayar un modelo de desarrollo económico y social fallido del pasado como lo fue el mercantilismo para los españoles, por ejemplo.

La doctrina del shock

Los shocks sufridos por muchos países del siglo veinte y el actual han sido oportunidades invalorables para la expansión arrolladora del libre mercado. Este es el argumento central del libro "The shock doctrine" escrito por la periodista americana Naomi Klein y finamente comentado por el laureado economista Joseph Stiglitz en el New York Times.

Los ejemplos de Naomi para explicar su punto de vista son muchos.

Nueva Orleans luego del desastre del huracán Katrina, Chile y Argentina luego de las dictaduras, Polonia, Rusia, Bolivia y Perú luego de las crisis productivas e hiperinflacionarias, la invasión a Irak luego del 9/11, Sri Lanka después del tsunami del 2004, y así otros casos más, todos son ejemplos de cómo "la terapia del shock" posibilita a los gobiernos implementar una política extrema de libre comercio sin ninguna oposición de parte de la sociedad.

¿Cómo así?

"Los países son golpeados por algún tipo de shock, -guerras, ataques terroristas, golpes de estado, desastres naturales... Después ellos son golpeados por un nuevo shock -liderado por corporaciones y políticos quienes explotan el miedo y la desorientación del primer shock para llevar a cabo una terapia de shock económico... Finalmente, la gente que se 'atreve a resistir' es golpeada por tercera vez por un nuevo shock por parte de la policía, los soldados y los interrogatorios en las cárceles".

De acuerdo con esta periodista, uno de los principales responsables de "la doctrina del shock" fue el economista Milton Friedman, quien batalló por las ideas y las mentes de los economistas y las economías de América Latina. Y bien que ganó esta batalla. De hecho, se cree que el llamado Consenso de Washington se basaba en las ideas formuladas por este economista y su equipo de muchachos de la Universidad de Chicago, el que bien se sabe fue el marco para el plan de estabilización de la economía peruana luego de la crisis heredada de los años ochenta.

Es curioso. Parece ser que la regularidad observada por Klein no sea en realidad una novedad, sino más bien uno de los pocos esfuerzos por popularizar alguno de los discursos ya pronunciados por académicos de la talla como Stiglitz.

¿Será necesario algunos shocks para impulsar el desarrollo de algunas regiones postergadas en nuestro país? ¿Funcionará el capitalismo del desastre en nuestra economía? Probablemente no. Los terremotos, heladas, derrumbes e incendios sufridos por algunas regiones o grupos sociales han servido para enriquecer a unos cuantos pocos personajes cercanos al poder, antes que resolver o implementar una nueva forma de hacer negocios en estos territorios. Han servido para empobrecer y excluir aún más a la población afectada.

Así, la dramática diferencia entre la crisis nacional de fines de los ochenta con las crisis sucedidas a nivel más interno, es que en el segundo caso, la población se encontraba sujeta a la política de inanición del Estado peruano. En contraste, en el primero, existieron fuerzas internacionales que presionaron para una solución efectiva en el más corto plazo, en el sentido del libre mercado. Hablo del FMI, el BM, el Club de París, la OEA e incluso, la ONU.

Esto nos deja con una importante lección. Mientras no exista institucionalidad local que valga la pena, la institucionalidad financiera internacional propondrá las soluciones más factibles para resolver nuestras sucesivas crisis expandiendo la doctrina del shock y del libre mercado.

Krugman contra el TLC

De acuerdo con un reciente artículo de Paul Krugman en el New York Times, el comercio internacional entre países de altos ingresos y los países de bajos ingresos es una esperanzadora estrategia para estos últimos (como el Perú) para subir por la escalera del ingreso.

No obstante, tal como él mismo señala...
In fact, it’s hard to avoid the conclusion that growing U.S. trade with third world countries reduces the real wages of many and perhaps most workers in this country. And that reality makes the politics of trade very difficult.
Es decir,
De hecho, es difícil de evitar la conclusion que el creciente comercio de los Estados Unidos con los países del tercer mundo reduce los salarios reales de muchos o quizá de la mayoría de trabajadores de este país. Y esta realidad hace la política comercial muy difícil.
Esta declaración se inserta en un momento muy especial para la política electoral americana. ¿Se espera una reversión o endurecimiento de los términos acordados en los TLCs recientemente impulsados? Muy difícil. Pero todo apunta a que "la implementación" del acuerdo, al menos en el caso peruano, va a tener un camino un tanto difícil que discurrir.

La pelea por los beneficios del libre comercio para países como el nuestro aún no ha terminado.