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miércoles, mayo 21, 2014

Industrialicemos primero la minería

El XI Simposio del Oro ha sido el escenario perfecto para que el empresariado minero y sus voceros cuestionen el Plan de Diversificación Productiva propuesto a discusión pública por el Gobierno.

"El modelo primario exportador es un mito que está generando políticas equivocadas" aseveró PPK atacando de esta manera el corazón del diagnóstico de la propuesta gubernamental. De acuerdo con PPK países como Noruega y Australia exportan minerales y son economías desarrolladas. Con ello reafirma la visión de que el modelo primario exportador no es pues el problema, sino, la principal solución para el futuro del Perú.

En esa misma línea se pronunció la ex ministra Mercedes Aráoz al señalar que se debe simplificar los trámites y permisos para la minería para que ella sea la base del motor de desarrollo que impulse a otras industrias en el país. En otras palabras, que la minería sea la locomotora del país. El problema con esta idea es que las posibilidades de encadenamiento y de creación de empleos masivos siempre han sido un desafío para la minería, un sector caracterizado por la elevada inversión en capital y tecnología antes que en trabajadores.

Como broche de oro, Roque Benavides se encargó de demoler sutilmente la propuesta al asegurar con aplomo que antes que diversificar o tentar otros sectores "hay que regresar a ser mineros". La idea según el empresario, es que es necesario eliminar "la permisología" y con ello destrabar las inversiones para que el Plan pueda tener éxito. Con esto obviamente se refería directamente a las quejas del sector en torno a las exigencias ambientales, arqueológicas y licencias sociales que son irrelevantes para su lógica de acumulación.

¿Qué es lo que la prensa especializada ha evaluado? Semana Económica, la revista fundada por Felipe Ortiz de Zevallos y que se califica como "brazo independiente" del Grupo Apoyo, ha cuestionado en un artículo el liderazgo del actual Ministro de Producción, Piero Ghezzi, como para implementar con éxito la creación de la Dirección de Políticas y Regulación del Produce. Para que un curso de acción como este sea exitoso el ministro "debería tener mucha influencia política dentro del gobierno" y por tanto "duda de si una iniciativa de ese tipo puede trascender a un cambio de ministros". Esta medida sería muy optimista lo que es otra forma de decir que es inviable.

Desde la otra cornisa, Humberto Campodónico ha saludado la presentación del Plan, aunque se haya hecho algo tarde para este gobierno. No obstante, critica el hecho de que el Plan aborde un enfoque equivocado del problema de la informalidad al echarle la culpa del funcionamiento de la economía cuando es precisamente todo lo contrario. Por esta razón el Plan desempolva el discurso de los sobrecostos y regulaciones laborales lo que finalmente tendremos más de lo mismo, recorte de derechos laborales como medida concreta para impulsar el crecimiento económico. Campodónico hace bien finalmente en señalar que el texto del Plan no debe ser considerado como un debate técnico sino más bien político y por lo tanto debe convocar a los espacios de consenso democrático necesarios para enrumbar la economía de nuestro país.

Mi opinión es que si queremos proponer un modelo de industrialización viable en el país, primero hay que hacerlo en el sector que está acumulando, esto es, el minero. En efecto, nuestra economía se encuentra concentrada exclusivamente en la extracción de los minerales, tanto los conocidos como el oro, plata y cobre como también los metales raros. El problema que persiste en la actualidad es que todo lo que se extrae de nuestro suelo se exporta casi sin ningún valor agregado. Estas "piedras" sin mayor valor son procesadas posteriormente en las refinerías asentadas en otros países donde se separan los minerales convenientemente. De allí se pasa a los procesos de aleación para finalmente pasar a la producción de bienes de consumo final y masivo. Como se entenderá, todavía no nos diferenciamos demasiado de las economías de enclave que existían en el pasado.

Es necesario que el Estado plantee una ruta de industrialización del sector minero que tenga asiento en nuestro territorio para crear valor agregado exportable. Se necesita una inversión e integración en toda la cadena de valor del sector minero. De esta manera creo que se podrá convertir a este sector en la locomotora que pretende ser para el resto del país y así trasladar sus beneficios a la mayoría de la población. Lo clave aquí es que se logre hacer todo esto sobre territorio peruano.

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