Introducción: La Problemática de Fondo
En el Perú, la educación superior ha sido percibida tradicionalmente como el principal camino hacia la movilidad social. Las familias y los jóvenes han invertido recursos, tiempo y expectativas en obtener un título universitario, bajo la creencia de que este garantizará un empleo bien remunerado y estable. Esta expectativa social fue tan fuerte que, cuando las universidades tradicionales no pudieron absorber toda la demanda juvenil, surgieron instituciones privadas, cuyo objetivo principal fue captar este mercado insatisfecho, sin necesariamente garantizar estándares de calidad educativa.
La creación de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) marcó un intento del Estado por ordenar este crecimiento descontrolado y asegurar un mínimo de calidad. Sin embargo, las tensiones políticas y los intereses detrás de algunas de estas instituciones han limitado el alcance efectivo de la SUNEDU en los últimos años. A pesar de estos esfuerzos regulatorios, ha faltado una dimensión fundamental en el debate: informar a los jóvenes y sus familias sobre si la inversión educativa efectivamente les permitirá obtener un empleo de calidad.
Existen varios indicadores que ya alertan sobre esta problemática en los círculos académicos y en los hacedores de política. El desajuste en el empleo alcanza un preocupante 67.7% para jóvenes profesionales (universitarios y no universitarios) en 2023, es decir, dos tercios están empleados en puestos que no requieren el nivel de educación alcanzado.
Por otro lado, en 2024, las tasas de desempleo juvenil (11.5%) y universitario (7.2%) son notablemente más altas que la tasa de desempleo nacional (5.6% en 2024).
Además, datos de un estudio del BCRP (aunque desactualizados) muestran que quienes poseen educación superior tardan más en encontrar empleo (12.4 semanas frente a 11.4 semanas del promedio nacional).
Estos datos sugieren una saturación del mercado laboral para ciertos perfiles profesionales, y precisamente por ello surge la necesidad de un indicador que permita apreciar, aunque de forma preliminar y con limitaciones, cuáles carreras presentan mayor presión de oferta laboral frente a la demanda de las empresas.
Definición Abstracta del Indicador
El indicador de saturación laboral busca relacionar el flujo de nuevos egresados que ingresan al mercado de trabajo con el número de empleos nuevos generados para ese grupo en el mismo período. Idealmente, se definiría como:
donde:
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es el número de egresados de una carrera en el año t.
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es el número de egresados de años anteriores que aún buscan empleo.
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es el número de nuevos empleos creados para ese grupo profesional en el año t.
Sin embargo, debido a limitaciones de datos (no se dispone de flujos exactos de rezagos ni de retornos al mercado laboral, ni de absorción en estudios de posgrado), se opta por una simplificación operativa.
Definición Operativa del Indicador
Dado que contamos únicamente con:
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Número de egresados por año (MINEDU): disponible desde 2018, reportado como stock anual en la web ESCALE-MINEDU.
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Número de empleos formales mensuales por carrera (Planilla Electrónica, MTPE): publicado anualmente en el Anuario Estadístico del MTPE, el que permite calcular el promedio mensual y su variación interanual.
La versión operativa del indicador es:
Por ejemplo, en 2023:
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Egresados totales: 136,299.
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Incremento neto de empleos: 23,354 (diferencia del promedio mensual 2023 vs. 2022).
Esto significa que, en promedio, hubo casi 6 egresados por cada empleo nuevo creado, sin contar los rezagos ni los ajustes sectoriales.
Limitaciones y Consideraciones
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El indicador es sensible a años con decrecimiento de empleos (en el reporte del Anuario Estadístico sobre el número de trabajadores del sector privado según carreras profesionales se aprecia que para los casos de ciencias administrativas y ciencias contables disminuyó el número de trabajadores), lo que puede generar ratios negativos o indefinidos.
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Solo mide empleos formales reportados en planilla (no capta autoempleo ni informalidad).
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La variable que reporta el nivel profesional universitario no distingue si sólo es egresado o titulado. Tampoco es posible conocer si los profesionales que están trabajando cuentan además con un posgrado.
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No incluye la salida por migración, estudios de posgrado, ni el reingreso de profesionales previamente desempleados.
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La naturaleza de los datos es distinta: los egresados representan un stock anual, mientras que los empleos se analizan como un flujo neto interanual.
Relevancia de la Propuesta
Proponer este indicador no reemplaza indicadores cuya utilización está más extendida como son el desajuste laboral o el desempleo juvenil, pero sí aporta un enfoque complementario: permite analizar de forma aproximada si la oferta educativa (número de nuevos profesionales) guarda proporción con la demanda efectiva del mercado formal. Esta herramienta puede ayudar tanto a hacedores de política como a jóvenes y familias a tomar decisiones más informadas sobre las carreras a estudiar, identificando áreas de mayor y menor saturación.
En resumen, aunque aún incipiente y sujeto a mejora, este indicador representa un primer paso hacia un análisis más sistemático de las tensiones entre el sistema educativo y el mercado de trabajo en el Perú.
Resultados utilizando la Planilla Electrónica MTPE y los datos de egresados del MINEDU, 2023
- Reformar la oferta educativa: Reducir vacantes en carreras saturadas (Derecho, Educación, Comunicación) y alinear la formación con sectores dinámicos (ej.: agroindustria, TI, energías renovables).
- Fortalecer la empleabilidad: Promover pasantías, certificaciones y vinculación temprana con el mercado laboral, especialmente para jóvenes.
- Incentivar la demanda laboral: Apoyar a las pymes para que contraten profesionales mediante beneficios tributarios o subsidios focalizados.
- Transparencia en datos: Articular mejor las estadísticas del MINEDU, MTPE y SUNAT para monitorear en tiempo real la empleabilidad por carrera.
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