En contraste, el presidente peruano se encuentra concentrando sus energías para expandir y establecer su dominio político interno minimizando cualquier rezago del Humalismo beligerante y anticriollo o cualquier figura de liderazgo que asome por allí (parece ser que en el caso de Ollanta Humala no necesita hacer nada más para ver como se le desdibuja el mapa político que el creyó haber pintado). Las dos herramientas principales para este objetivo son a) la política de austeridad del gasto público que se ha concentrado estratégicamente en el poder legislativo como en el poder judicial; b) la política de incorporación de las juventudes en los municipios del Perú, ley del Consejal Joven, que ha tenido como pivote estratégico al conjunto de jóvenes congresistas liderados por Luciana León; y final pero diluidamente, c) la reinstauración de la pena de muerte.
¿Qué se ha hecho en cambio para alcanzar el objetivo que ha propuesto Alan? En primer lugar nombrar a un legendario legislador conservador ocupado frecuentemente en temas de ética y religión al frente del Ministerio de
Mi tesis principal es que a Chile no le interesa ganar más mercado en el Perú porque técnicamente su oferta exportable ya llegó a sus límites: dos tiendas por departamento, las empresas de distribución de luz más importantes del país, la línea aérea de bandera LAN, entre otros productos y servicios más, le han bastado para abarrotar al Perú. El mercado peruano es muy pequeño y concentrado en solo unas tres o cuatro ciudades. Todo esto lo ha logrado a pesar que nuestro país aún no elimina totalmente el arancel aplicado a productos chilenos importantes. Perú tiene el 94.7% de sus exportaciones en el año 2005 con arancel cero (97.3% en el primer semestre 2006), Chile sólo llegó a 51.7% el ese año (67% en el primer semestre), entonces para ellos aún hay pan por rebanar, tan es así que esta semana el Director de Relaciones Económicas Internacionales declaró que el próximo año negociará otros temas comerciales (desgravación y zonas francas).
Lo que en realidad va a ganar a través de su ingreso abierto al Perú (y a
¿Qué es lo que estaría ganando Perú? Básicamente se ha destacado posibilidades comerciales pero al parecer nada concreto. En realidad, lo único interesante parece ser la relativa movilidad de entrada de profesionales y técnicos a su territorio y el respeto a normas laborales internas e internacionales. Ello no significa que se reducirán necesariamente las discriminaciones económicas y sociales que ubicarían a nuestros futuros emigrantes con mayor flexibilidad en los empleos menos calificados o menos deseados del mercado laboral chileno. En otras palabras, se ha reducido los costos de migración para favorecer la contratación de mano de obra peruana en empleos de baja productividad. Experimentación suficiente ha tenido aquí en Perú a través de las tiendas por departamento que brindan empleos altamente calificados a los nacionales chilenos con una serie de incentivos que difícilmente violentan las normas laborales nacionales e internacionales.
¿Y qué ha hecho Chile para conseguir el objetivo inicialmente señalado? Pues bastante más que lo que ha hecho el Perú hasta el momento. Primero, hasta el año pasado, en base a una estrategia clara de desarrollo e inserción internacional y apertura, suscribió acuerdos comerciales con más de 35 países (ubicados en América, Asia, y la Unión Europea). Segundo, recientemente, y coherente con la estrategia antes señalada, ha suscrito acuerdos comerciales con China (con quien se ha convertido en el primer país en el mundo que establece un TLC), antes lo hizo con Panamá, aceleró el inicio de negociaciones con Colombia y Ecuador, viene negociando con Japón, mientras que con Tailandia y Malasia se han realizado reuniones del Grupo de Estudio conjunto para que también sea factible un Tratado o Acuerdo de Libre Comercio con esos países. Tercero, ha puesto sobre el tapete una estrategia de integración agresiva en el Asia Pacífico, en particular el Pacífico Latinoamericano, desea ser miembro pleno de
Chile, más allá de ser consistente con su estrategia de de desarrollo y apertura, incluye al Perú en un acuerdo de esta naturaleza no para consolidar el proceso de apertura de mercancías sino para garantizar estabilidad y retorno de sus inversiones. Al respecto, en lo que va del 2006 el flujo de inversión chilena ha llegado a privilegiar tanto al Perú que nuestro país es, en este momento, la primera plaza de la expansión inversora chilena, con un 27%. Colombia ocupa el segundo lugar con 23%, Brasil el tercero con 18% y Australia el cuarto con 10%.
Con todo, creo que puede haber ganancias mutuas con la firma del acuerdo comercial entre ambos países pues no se trata de caer en la solución perversa del juego del “dilema del prisionero” sosteniendo una posicion inconsecuente de no participar. No obstante, nuestras ganancias habrían sido muy superiores a lo esperado si Alan García habría propuesto el objetivo de desarrollo de nuestro país teniendo una estrategia de desarrollo productivo y de expansión de mercados más importante que la política de austeridad. En realidad, de su discurso, solo la política de austeridad era la única propuesta que tenia contenido. Como ya lo señalé en su momento, los resultados de esta última política serán diluidos con la formulación del presupuesto del 2007. Con esto, no quiero decir que no esté de acuerdo con el uso racional y austero de los recursos del Tesoro, el hecho es que el problema de la administración de recursos del Estado no es tanto el nivel de gasto sino mas bien la productividad del mismo y cómo ella es financiada. Hay un buen documento trabajado por la CEPAL (Mostajo, marzo de 2002) donde se hace una propuesta integral para abordar una política seria de reforma del Estado (con reforma tributaria incluida). En contraste, lo que deseo enfatizar es el tema que no se ha hecho una política de incremento de la productividad de los factores en nuestro país en coordinación con la política de expansión de mercados que continúa trabajando este gobierno.
En conclusión, es preciso que el Perú defina con claridad su estrategia de apertura de mercados resolviendo no solo el tema del TLC interno, sino diría in extenso, resolviendo el problema de la competitividad del país tomando en cuenta la totalidad de los factores de producción, es decir la mano de obra, la tecnología y la infraestructura. Ninguno de estos aspectos son materia de política pública sincera. En efecto, respecto a la mano de obra (hablo de las dos, la calificada y la no calificada) no hay ninguna política que incremente los niveles de calidad educativa que permita crear una base material de desarrollo con un enfoque en el capital humano. En lo que respecta a la tecnología solo existe estrategias de importación de bienes de capital que puede ser más eficiente pero no desde el punto de vista social ya que no es masivo dado que depende solamente de la iniciativa privada ante un dólar tan barato. Finalmente en el tema infraestructura, esta claro que estamos rezagados en realizar inversiones para mejorar la posición competitiva de nuestro país. Si nos vamos a convertir en un Hub de Chile, que se establezca una estrategia que permita aprovechar económicamente esa relación incluido el tema portuario.
Ojalá que Alan, cual reyecito, no siga bailando su popular baile del teteo y procure pues, no solo una política, sino una verdadera estrategia de desarrollo para el país, es decir un conjunto de políticas que pueden estar centradas en algunos de los elementos discutidos en este artículo y no ahogarnos en el vaso del agua del racionamiento.
Bibliografía
- Diario El Comercio, Diario La República, Diario La Tercera, Radio Programas del Perú (La foto pertenece a RPP).
- Agradezco las apreciaciones del Ing. Eco. Luis Mesías, ex-catedrático de la Facultad de Ingeniería Económica y Ciencias Sociales de la UNI y Funcionario del MINCETUR.
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