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lunes, agosto 21, 2006

Fe de erratas para la pobreza y la desigualdad

Introducción

La economía durante el gobierno de Toledo creció a un ritmo promedio de 5,5 por ciento anual, en tanto que el índice del producto bruto interno per cápita pasó de 109,2 a 128,9 (base 100 en 1994). Adicionalmente, la tasa de inflación se mantuvo por debajo del 4 por ciento durante su gestión. Las exportaciones, por su parte, tuvieron un despegue notable y sin precedentes, hecho que se ha explicado por el dinamismo de los minerales y los productos semiprocesados alimenticios, y el tipo de cambio se ha mantenido en equilibrio gracias a un esquema relativamente costoso de flotación «sucia». Por estos, y otros logros en materia macroeconómica, Alejandro Toledo fue felicitado no solo por los empresarios más importantes de nuestro país, sino también por los empresarios extranjeros, tecnócratas y representantes de los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. No obstante, Toledo exclamó perplejo hace solo un par de años: «Si Wall Street y Washington me están aplaudiendo, ¿por qué entonces no me aplaude la gente en el Perú? ¿Qué es lo que está pasando?». En aquel entonces el se respondió a esta paradoja de la política económica y social de su gobierno de la siguiente manera: «No es suficiente que estemos bien, necesitamos ver que ese 5% o 4% de crecimiento económico se sienta realmente en los bolsillos de la gente».

La situación descrita en estas líneas, es decir, la paradoja entre lo que es percibido por la sociedad (un incremento notable de la desigualdad) y lo que es percibido por el oficialismo (que la desigualdad en el mejor de los casos se ha reducido) me hace recordar a similar situación paradójica que se vivió a finales del gobierno de Alberto Fujimori. Había una clara percepción en la academia y la opinión publica de que las cifras de pobreza no reflejaban la realidad, puesto que la población denunciaba dramáticamente día tras día su situación de extrema pobreza y, además, porque organizaciones consideradas como más técnicas y objetivas como el instituto Cuánto realizaban estimaciones (54%) que contrastaban notablemente con las cifras presentadas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (37%).

Estas situaciones paradójicas llamaron mi atención, puesto que, en los últimos meses, las cifras de la pobreza y el tema de la distribución del ingreso, es decir si el modelo de crecimiento seguido desde hace una década y media benefició a los pobres, han sido centrales para la transferencia de gobierno entre el Dr. Alejandro Toledo y el Dr. Alan García. Veamos pues un par de reflexiones acerca de estas dos cuestiones medulares en nuestra sociedad.

Los FM, el INEI y la medición de la pobreza

Respecto al reciente escándalo político generado en torno al problema de la reducción de las cifras de pobreza no es posible atribuir la totalidad de la culpa del escándalo a un solo actor. Tanto el ahora ex jefe del INEI, Farid Matuk (FM II), como el APRA, el gobierno de Toledo, la prensa, el ex jefe del INEI durante el Fujimorismo Félix Murillo (FM I), entre otros más contribuyeron a una confusión innecesaria sobre un problema concreto: desde hace 16 años en este país la probabilidad mínima de encontrar un pobre es del 50%.

Respecto a este problema, al margen de las discusiones técnicas sobre las diferentes metodologías de medición de la pobreza, solo quiero señalar un par de suspicacias: La primera i) ¿Por qué los gobiernos de Fujimori y Toledo necesitaron tener a un jefe de las estadísticas nacionales de manera estable? O puesto en términos técnicos ¿Por qué la tasa de rotación de los últimos presidentes tiene una correlación unitaria con la tasa de rotación de los jefes del INEI? Y la segunda, ii) ¿Por qué los jefes de estadística nacionales tienden a mostrar cifras de mejoramiento en las cifras de pobreza hacia el final del gobierno que lo empleó? Mi hipótesis es que existe una relación de ida y vuelta que es fundamental establecer al inicio de un nuevo gobierno entre el Ejecutivo y el INEI para que ayude a validar el modelo de desarrollo llevado por el primero. En ese sentido, mi opinión es que la designación del Jefe del INEI no debería estar a cargo del Ejecutivo sino una comisión de especialistas con autonomía al interior del propio instituto. O en el mejor de los casos, ante la relativa escasez de profesionales de carrera en el INEI puede pensarse en un balance entre el Ejecutivo y el Parlamento, donde este último ratifique la propuesta del primero. La designación del jefe del INEI no tiene porque estar viciada de juicios políticos. Este debe ser el resultado de una carrera pública que premie el mérito por sobre el favor político.

PPK, el MEF y la medición de la desigualdad

Un año después de las declaraciones dadas por Toledo acerca de la paradoja de la macro en azul y la micro en rojo, el Marco Macroeconómico Multianual 2006-2008 (MMM 2006-2008), elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas a cargo de Pedro Pablo Kuckinsky y aprobado por el Consejo de Ministros el 18 de mayo de 2005, presentó una argumentación favorable del impacto de las políticas económicas y sociales de su gobierno sobre la equidad. El cuadro que sirvió para tal propósito se reproduce a continuación (tabla 17, Pág. 62), cuadro que fue publicado previamente en un estudio del Banco Central de Reserva del Perú (Céspedes 2005).

A diferencia de las suspicacias políticas señaladas en torno a la medición de la pobreza, aquí tengo varias observaciones técnicas:

Una primera observación para estos datos es que sólo son comparables entre sí las distribuciones de gasto del 2001 y el 2002, y luego las del 2003 y el 2004. Es casi imposible comparar, por ejemplo, una distribución de gasto del 2001 y el 2004. Ello se debe a un cambio en la metodología del recojo de la información de la Encuesta Nacional de Hogares en el 2003. Ello se da aun a pesar de que se restrinja la comparación al cuarto trimestre de cada uno de estos años, ya que el tamaño de muestra es superior en el primer par de años (alrededor de 20 mil hogares) en comparación con el segundo par (alrededor de la cuarta parte de la anterior metodología). Este cambio ha repercutido en un incremento de la varianza de los estimadores puntuales de la pobreza y la desigualdad, y eso ha significado que el intervalo de error sea mayor en el cuarto trimestre del 2003 y el 2004 que los intervalos de error observados entre los cuartos trimestres del 2001 y el 2002. Por lo tanto, hay una menor precisión en la estimación de los datos de pobreza y de desigualdad de los primeros en relación con los segundos.

En segundo lugar, es necesario verificar si las curvas de Lorenz que estas distribuciones de gasto describen no se cruzan, es decir, si existe dominancia estocástica. Si estas curvas de desigualdad se cruzaran, no se puede afirmar de manera concluyente que la desigualdad ha aumentado o disminuido entre estos años. En otras palabras, el índice de Gini que aparece al pie de la tabla no es un buen indicador para evaluar la desigualdad sobre todo si las metodologías han cambiado en los periodos analizados.

En tercer lugar, fruto de mi disposición de evaluar el criterio antes mencionado descubrí el error más serio de la distribución de datos mostrada en la tabla 1: la suma de cada una de las columnas de participación de gastos de los deciles no totaliza el 100%. Para el 2001 la distribución suma 119.5%, el 2002 suma 127%, el 2003 alcanza a 125.3% y finalmente el 2004 resulta 121.1%. Es poco probable que estos datos hallan sido arrojados por el software estadístico con que trabajaron en el Banco Central de Reserva del Perú. Pero sinceramente este error deja mucho que desear de nuestros técnicos en el MEF y el BCRP sobre todo por un tema tan sensible como es el de la justificación del modelo económico llevado por Toledo por su supuesto traslado de beneficios hacia los más pobres.

La moraleja de estas observaciones sobre el MMM 2006-2008 es que es necesario prestar atención a la información provista por el Estado. Y por supuesto, también es preciso que el Estado provea de la manera mas transparente toda la información que ella produce, requisito según el cual se podrá realizar una evaluación mas objetiva de la gestión del gobierno de turno o de cualquier otro. La pagina web del INEI provee las bases de datos de ingresos y gastos de los hogares, no obstante, desde el 2003 no es posible descargar las bases de datos sumarias que contienen precisamente el calculo de los ingresos y gastos totales del hogar, información que es necesaria para realizar las evaluaciones como las que se hicieron para el MMM. En mi afán de tratar de reproducir las cifras verdaderas de la distribución de ingresos me he dirigido personalmente al INEI y felizmente acabo de conseguir las bases de datos sumarias del 2003 y 2004 que exploraré con mayor detenimiento para contrastar con las interpretaciones del MMM. Espero publicar mis resultados en un próximo post.

Conclusión

Si se consideran las observaciones hechas en este articulo, ¿es posible sostener que hay evidencia favorable para afirmar que ha habido una reducción significativa del problema de la pobreza y que ha habido «chorreo» de los beneficios económicos en los últimos años? La percepción de la población, la academia y la sociedad civil es que la pobreza no ha cambiado y que la desigualdad se ha agudizado. Esto es así puesto que existe una clara desconexión entre los beneficios del crecimiento económico y los cambios en el bienestar de la población. Queda al gobierno diseñar estrategias reales de superación de la pobreza, aunque preferiría decir estrategias reales de desarrollo económico y social.

Junto con lo anterior, es necesario mejorar el mecanismo de designación del jefe del INEI o en buena cuenta, la carrera de administración pública del INEI a fin de que ella no se encuentre viciada de pasiones políticas sino más bien del profesionalismo técnico competente. Solo de esta manera los datos estadísticos proporcionados por este organismo al MEF, al BCRP, o a la sociedad gozarán de la confianza necesaria para utilizarlos en el diseño y aplicación de políticas públicas que pretenden resolver los problemas más importantes que aquejan a nuestro país: la pobreza y la desigualdad.

Bibliografía

- MEF (2005) “Marco Macroeconómico Multianual 2006-2008”. Lima: MEF.

- Céspedes, Nikita (2005) “Pobreza y crecimiento económico: una medida del efecto «goteo hacia abajo» en Perú” en Revista de Estudios Económicos. Lima: Banco Central de Reserva del Perú.

Este post es un extracto actualizado del artículo “Una evaluación de las políticas sociales del gobierno de Toledo” publicado en la serie “Perú hoy” de desco, julio de 2006, Págs. 339-379.

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