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lunes, octubre 23, 2006

Clase media limeña: mi pedazo de torta no crece

¿Cuáles son las tendencias en la distribución del ingreso de la fuerza laboral ocupada limeña? Para responder a esta pregunta me dediqué una tarde de estas a explorar las Encuestas Permanentes de Empleo para Lima Metropolitana y el Callao (EPE) conducidas por el INEI desde marzo del 2001. Sólo he prestado atención a los extremos de la distribución (el 20% de mayores ingreso y el 20% de menores ingresos) y al 20% ubicado en la parte central. Las razones para tal selección tienen que ver con el hecho de apreciar si ha habido una mejora consistente en los ingresos de los trabajadores ocupados más pobres, apreciar la mejora (si asi fuera el caso) de los ingresos de los trabajadores limeños mejor remunerados, y evaluar el comportamiento de los ingresos de los que podrían ser considerados como la clase media limeña. En estricto, desde un punto de vista puramente cuantitativo y estadístico, este último grupo poblacional debería ser llamado la clase "mediana" y no la clase "media". La diferencia radica en que la media es un concepto estadístico que se ve altamente influenciado por el comportamiento de los más ricos y pobres, mientras que la mediana es un concepto estadístico más independiente del comportamiento de tales extremos.


Las grandes bondades de las EPE son dos: i) estas encuestas recogen información con un formato estandarizado y especializado para dos variables centrales del mercado de trabajo: niveles de empleo e ingreso; y, ii) sus resultados son publicados casi con un mes de demora lo que la convierte en una excelente herramienta para la toma de decisiones en la política pública relativa al empleo. La única gran desventaja, desde mi perspectiva, es que esta encuesta aún se encuentra limitada para el área de Lima Metropolitana (sospecho que esto se debe a un tema de recursos) y tal como han demostrado algunas
investigaciones existe un comportamiento diferenciado entre los fenómenos económicos observados en Lima Metropolitana y los fenómenos observados en el resto del país. En cristiano, las conclusiones obtenidas sobre el comportamiento del mercado laboral limeño no son extensibles para el resto del país.

Habiendo señalado las anteriores cuestiones pasaré a mostrar el gráfico que permite apreciar la evolución de la participación del quintil* más rico, el quintil mas pobre y el quintil mediano de los trabajadores ocupados de Lima Metropolitana desde el mes de marzo del 2001 hasta el mes de septiembre del 2006.

En primer lugar, se puede apreciar que los "ricos" o mejor remunerados muestran una tendencia decreciente pero poco significativa para su participación en la torta de ingresos totales: en marzo del 2001 su participación fue de 56.8% y para marzo del 2006 esta había descendido a 54.7%, apenas 2.1 puntos porcentuales de caída; comparando septiembre del 2001 con el mismo mes para el 2006 la caída fue menor: 1.5 puntos porcentuales. ¿Qué podría estar explicando esta leve tendencia a favor de la equidad? ¿Les esta yendo mal a nuestros trabajadores mejor remunerados? Podría ser ¿Están subestimando el valor real de sus ingresos sistemáticamente? Tambien es posible. Pensando bien podríamos decir que esto es totalmente coherente con el fenómeno de las "tijeras de la desigualdad " que observara Humberto Campodónico: mientras que la participación del capital ha aumentado en los últimos años, la remuneración a la mano de obra en su conjunto ha disminuido paralelamente a este fenómeno. Desde un punto de vista técnico estamos reconciliando la lectura de la distribución factorial del ingreso -obtenido de las cuentas nacionales- con la distribución del ingreso obtenido de las encuestas. Así, la disminución de los ingresos de los trabajadores mejor remunerados en Lima Metropolitana estaría explicando la menor participación de los ingresos globales de la fuerza laboral ocupada dada su gran importancia en ella. Pensando mal, es probable que las EPE estén perdiendo efectividad para recoger información confiable de este selecto grupo laboral. Una idea así indica Saavedra (1999:34) para el caso de las Encuestas de Hogares (ENAHO):

Las encuestas [de hogares] que se utilizan para hacer estudios tienen el gran problema de no ser un buen instrumento para recoger la información de ingresos de los dueños del capital. (énfasis mío)

En segundo lugar, se puede apreciar que los "pobres" o peor remunerados tienen una tendencia creciente que aunque poco significativa para el total de la torta de ingresos es algo importante para este grupo laboral. En marzo del 2001 su participación fue de 2.1%, y en marzo del presente año fue de 2.2%. Comparando el mes de septiembre de 2001 con igual periodo en el presente año el cambio fue de 1.7 a 2.7, es decir 0.9 puntos porcentuales. Es probable que los programas públicos como A Trabajar Urbano y otros similares hayan tenido un impacto favorable en estos últimos años, pero es necesario indagar un poco más para explicar y caracterizar adecuadamente esta mejora en los ingresos de los que están en la cola de la distribución. Sin pretender ser negativos con la constatación de esta mejora quiero destacar la reflexión que alguna vez escuché al Profesor Ismael Muñoz: puede que hayan ascendido un poco pero igual se siguen ahogando bajo el nivel del mar, haciendo eco de que estos trabajadores todavía no pueden satisfacer sus necesidades a pesar de la mejora tal como lo revela el impresionante cuadro 7 del último Marco Macroeconómico Multianual del Ministerio de Economía y Finanzas (pág. 57).

En tercer lugar, quiero destacar el comportamiento de la participación de los ingresos de los trabajadores de la "clase mediana" (que no debiera confundirse con el término clase media) que está conformada por el 20% de trabajadores ubicados al centro de la distribución de ingresos (5to y 6to deciles). Como se puede apreciar, este grupo no ha sufrido un cambio significativo en todo el periodo observado. En marzo de 2001 comenzaron con 13.9% y en marzo del 2006 llegó a 14.2%. ¿Una mejora significativa? Pues no necesariamente, la variabilidad de los ingresos de este grupo ha sido en promedio un punto porcentual, ya sea a favor o en contra lo que representa menos del 6% de importancia respecto de la media. Es otras palabras, se debe al azar la observación de la mejora del ingreso en marzo del 2006. Eso puede apreciarse con claridad por la línea de tendencia graficada arriba en el que la clase mediana (en color verde) siempre ha tenido una participación del 14% en promedio durante el periodo bajo estudio. ¿Cuál es la importancia de esta constatación? Básicamente que esta es la franja poblacional que se expresa con mayor nitidez su inconformidad frente al comportamiento positivo de la macroeconomía que no se traduce en beneficios remunerativos concretos para su productividad.

En resumen, los mejor remunerados tienen un comportamiento decreciente en la participación del ingreso de los trabajadores de Lima Metropolitana que no es significativa o no necesariamente es cierta, los peor remunerados están mejorando pero definitivamente todavía no pueden satisfacer sus necesidades básicas para sobrevivir. Finalmente, los medianos, no han mejorado ni empeorado. Su pedazo de la torta no ha crecido a pesar del buen desempeño del indicador del PIB percápita estos últimos años. ¿Qué es lo que está funcionando mal? Precisamente el mercado de trabajo. El Estado hasta la fecha no ha aplicado una política coherente que permita a los trabajadores aprovechar mejor los premios a la inversión particular en capital humano, ni tampoco promueve que las empresas inviertan en el y por lo tanto no existen beneficios distributivos para este grupo. Es necesario, en ese sentido, diseñar e implementar estrategias y políticas públicas que reviertan esta situación porque la clase mediana es la que empuja al país.

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* Quintil: Medida estadística de posición que resulta de dividir a la población en cinco partes iguales.

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