Reducir el nivel de informalidad en nuestro país es uno de los desafíos más importantes que se ha propuesto el gobierno de PPK. Para ello, han logrado la autorización del Congreso para bajar el IGV e introducir incentivos para que nos formalicemos unos a otros. Luego de ello, se intentará implementar una de las reformas más complicadas por la conflictividad social urbana que ocasionaría, esto es, la reforma del mercado de trabajo.
De acuerdo a lo ya declarado por el Ministro de Economía (¿No tendría que haber dado la noticia el propio Ministro de Trabajo, siguiendo los “mandamientos de PPK”?), la propuesta de reforma laboral es la creación de un seguro de desempleo que cubra el 80% del salario percibido por un periodo asegurable de 3 a 6 meses. Este seguro sería pagado por el empleador a un costo que iría de 2.2% a 3.5% del salario del trabajador. Teóricamente, esta reforma no violaría la palabra empeñada por el Presidente con los sindicatos durante el periodo electoral puesto que no desaparecería el régimen actual conocido como CTS, que equivale en la práctica a un sueldo por año, esto es, un doceavo o porcentualmente 8.3%.
Lo anterior significa que un primer resultado del nuevo sistema de contrataciones sería reducir un “sobrecosto” importante para los empleadores ya que este pasaría de 8.3% a 2.2% en el mejor de los casos, una rebaja del 73% anual. Un segundo resultado, sería que en el supuesto que el trabajador sufra un periodo de desempleo de 3 meses (un estudio del BCRP señala que este es el escenario más probable para cuando una persona cae en desempleo, independientemente del sexo, edad o nivel educativo) si su cuenta de CTS ahorrada le daba para cubrir tres meses de salario como lo solía tener (junto con los intereses ganados), con el nuevo sistema sólo tendría derecho a un 80% del salario para esos tres meses. A todas luces, la reforma de PPK terminaría premiando a los empresarios y perjudicando a los trabajadores.
Para cerrar, las aseguradoras, a diferencia de los bancos, ya no tendrían que pagar ni devolver ningún interés acumulado como lo obliga la ley actual, así que en conjunto, el sistema económico y productivo peruano se habría hecho más eficiente pero menos equitativo. Al igual que la rebaja del IGV, el seguro de desempleo así planteado no creará nuevos empleos “formales”, sino un mercado financiero cada vez más poderoso. Don PPK, es mejor que acumule suficiente colchón de popularidad, porque los pulpines hablarán.
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