Bello
¿Quién
gobierna el Perú?
El presidente debe enfrentarse al congreso fujimorista
Edición impresa | Las Américas | 22 de junio de 2017
PERDER a un ministro por una censura parlamentaria es un
riesgo normal de la vida democrática. Pero el hecho de que un gobierno pierda
cuatro ministros en su primer año, incluidos los ministros de economía y el
interior, por motivos espurios huele a una conspiración parlamentaria. Ese es
el drama que pronto podría afrontar Pedro Pablo Kuczynski, Presidente del Perú.
Hace un año, el Sr. Kuczynski, un ex-banquero de
inversiones, ganó la segunda vuelta por escaso margen porque había un poco más
de peruanos que aborrecían a su oponente, Keiko Fujimori, que los que la
apoyaban. En la elección para el Congreso dos meses antes, su grupo político
había ganado sólo 18 de los 130 escaños, mientras que la Fuerza Popular de la
Sra. Fujimori ganó 73 (en parte porque las regiones menos pobladas están
sobre-representadas).
Fuerza Popular, con la ayuda de aliados oportunistas, ha hecho
sentir su mayoría con operaciones de deterioro. En diciembre, el Congreso
censuró a Jaime Saavedra, el competente ministro de Educación, que fue
rápidamente contratado para dirigir la división de educación global del Banco
Mundial. El mes pasado, el ministro de Transportes renunció antes que fuera
censurado por una revisión (justificada) de un contrato para el nuevo
aeropuerto para Cusco, la antigua capital Inca. El 21 de junio, el Congreso
votó para destituir a Alfredo Thorne, el ministro de Economía; y está a punto
de hacer lo mismo con Carlos Basombrío, el ministro del Interior.
Los pecados de Basombrío incluyen no arrestar a unos cuantos
manifestantes pacíficos que llevan imágenes de Abimael Guzmán, el líder
encarcelado del grupo terrorista Sendero Luminoso. Los problemas del señor
Thorne comenzaron después de recibir al contralor general, Edgar Alarcón. El
encuentro fue subrepticiamente grabado, aparentemente por el señor Alarcón.
Durante el mismo, el Sr. Thorne mencionó el presupuesto de la Contraloría y le
instó a que aprobara el contrato para el aeropuerto de Cusco. Era políticamente
torpe abordar los dos temas en la misma reunión. Pero es el Sr. Alarcón, no el
Sr. Thorne, quien es éticamente cuestionado. El contralor, que se ha alineado
con los fujimoristas, está siendo investigado por traficar ilícitamente con
automóviles y usar dinero público para compensar a una antigua amante (lo que
el niega).
Las diferencias entre el gobierno y los fujimoristas no son
ideológicas, según Kuczynski. "Aquí tenemos un grupo que está resentido
con que yo sea el presidente", le dijo a Bello. "Han colaborado con
las cosas grandes, pero les gustan los pequeños gestos que demuestran su
descontento por no estar en el palacio". La derrota ha golpeado con dureza
a la Sra. Fujimori. Apenas ha aparecido en público en el último año. Sólo ha
mantenido una conversación con el Sr. Kuczynski, que tuvo que ser arreglada por
el Arzobispo Católico de Lima.
El Sr. Kuczynski ha heredado una economía en desaceleración.
El quería acelerar la inversión pública y relanzar proyectos de minería
estancados. Pero él y el país sufrieron una doble dosis de mala suerte. La
aceptación de corrupción por parte de Odebrecht, un contratista brasileño,
obligó a la suspensión de varios megaproyectos de infraestructura en el Perú.
Luego las inundaciones mataron a 147 personas, se destruyeron carreteras y,
según el presidente, esto provocó la reducción del crecimiento económico anual
en un punto porcentual, llevándolo a 3%. La reconstrucción tomará dos años y
costará 6.5 mil millones de dólares, asegura. El clima de sospecha en el
Congreso frena los nuevos contratos gubernamentales, mientras que la
incertidumbre política desalienta la inversión privada. Los planes para
reformar el poder judicial corrupto e ineficiente del Perú han sido bloqueados,
un ejemplo de las "grandes cosas" que está siendo bloqueado por la
oposición.
El Sr. Kuczynski se enfrenta a una elección. Podría buscar
un gran trato, por ejemplo, perdonando al padre de la señora Fujimori, Alberto,
un ex presidente autocrático encarcelado por abusos de poder. Pero eso
alienaría a los anti-fujimoristas cuyos votos le hicieron ganar la presidencia.
Una estrategia mejor sería arrinconar a sus oponentes. La Constitución peruana
permite al presidente convertir una censura ministerial en una cuestión de
confianza al gobierno en su conjunto. Si dos gabinetes son rechazados
sucesivamente por el congreso, el presidente puede convocar una nueva elección
legislativa, en la que los fujimoristas probablemente perderán escaños.
El Sr. Kuczynski parece estar siguiendo ambas estrategias.
Dice que está considerando la posibilidad de indultar al Sr. Fujimori: "El
momento para hacerlo es ahora". Pero también dice que
"definitivamente" hará de la permanencia del señor Basombrío una
cuestión de confianza. Haciendo eso, "es improbable que censuren a nadie
más", declaró.
Algunas de sus tribulaciones son su culpa. Aunque tiene
experiencia en el gobierno, el Sr. Kuczynski no es un animal político. Su
gabinete está formado por tecnócratas y empresarios. El resultado es una
administración que carece de una estrategia política y disciplina en la forma
en que se comunica. De encontrarlos, el Sr. Kuczynski, y el Perú, pueden ganar
esta batalla contra la revancha y la obstrucción. La alternativa es ir a la
deriva, como un barco sin timón cuyos ocupantes son asesinados uno por uno por
el fuego de un francotirador.
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