Dani Rodrick hace un importante señalamiento del por qué los sistemas financieros de los países asiáticos se encuentran mejor preparados que los sistemas financieros de América Latina para afrontar la actual crisis financiera internacional (ver aquí).
De acuerdo con este economista, la razón se encuentra en que los países asiaticos aprendieron bien la lección luego de la crisis financiera que sufrieran a fines de los noventa. Desde entonces sus gobiernos lucharon por tener un menor grado de integración a las finanzas globales. Ello pasó por limitar el rol de los bancos foráneos en sus economías, y restringir el arbitraje transfronterizo en moneda extranjera, bonos y valores.
Frente a la actual crisis financiera, el Perú tiene cierto grado de maniobra al haber apostado por la desdolarización y la creación de un mercado de bonos interno. Pero estas han sido políticas que cobraron vida recién en el 2005, en un proceso de apertura de nuevas oficinas de bancos globales, entre ellos el Scotiabank (mar. 2006) y el HSBC (oct. 2006) . Así que no es mucho margen que digamos.
Por otra parte, existe un par de iniciativas de regionalización financiera en nuestra región a los cuales el Perú parece no darles mucho apoyo todavía: la creación de la moneda única sudamericana y la constitución del Banco del Sur. Estas iniciativas, aunque han sido cogidas por la crisis a mitad de camino de su aplicación, tienen la virtud de ser una propuesta concreta a ser asimilada en el nuevo orden financiero que surgirá luego de la crisis.
¿Se decidirá el Perú? ¿Convergerán las políticas de América del Sur en una región financiera renovada? Sólo el tiempo lo dirá.
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