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lunes, marzo 05, 2007

Un oscar para Alan

Las recientes premiaciones de la industria del cine hollywoodense no han hecho justicia con el premio al mejor actor. Alan García por su actuación en curso, "Todos los hombres y mujeres del Presidente" y una segunda nominación (increíblemente) por "Todo se compra, todo se vende". Y es que a pesar que la actuación de Don Alan Gabriel García Pérez no convence en ninguno de los dos casos, le ha puesto bastante punche a su carrera actoral desde su reaparición en la escena política peruana el 2006. Veamos grosso modo, las interpretaciones que le valdrían la premiación.

En la primera película hemos podido apreciar el notable contraste de cómo Alan García resuelve una crisis ministerial recurrente: si es una mujer con buenas credenciales técnicas, no aprista, esta debe salir de todas maneras expulsada del sistema; si es un varón, hay que recriminar severamente la desidia e implementar una solución técnica recomendada por un viejo amigo aprista como lo es Luis Alva Castro, pero hay que evitar su salida. Había que perdonarle la vida. Fueron realmente sensibles sus siguientes líneas:

Cuando yo he visto el caso de los famosos patrulleros o el caso de las ambulancias, yo sé que no hay inmoralidad por parte del ministro, pero hay dejadez, negligencia, desidia porque todos necesitamos saber a qué precio se compra y no dejar eso en manos de la comisión, de la oficina de administración, no señor. Necesita cada ministro y cada funcionario seguir al día de qué se está comprando y a qué precio, y siempre exigir un menor precio. (tomado de El Comercio 2/3/7)
La manera diferente de resolver el asunto se debió al sexo del representante ministerial o al tipo de ministerio que se encontraba propicio al copamiento? El público parece inclinado a pensar que es lo segundo. Este hecho me sigue haciendo pensar sobre cómo Alan actuará en las próximas crisis con sus ministros y ministras. Hay dos carteras sensibles en mi opinión: el Ministerio del Trabajo y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo los cuales tienen ad portas una coyuntura muy desafiante: la firma del TLC con USA. Yo creo que independientemente que exista un paso exitoso o de fracaso en este asunto, Alan García tendrá el camino libre para llamar a un nuevo compañero al frente de cada una de estas secretarías.

La segunda película revela igualmente una actuación farsante. Primero vimos asombrados a Alan vendiendo el Boeing 737 presidencial (señal según el de la juerga Toledista y herencia indeseable del fujimorismo) y luego los vehículos presidenciales modelo Imperial Le Baron y Chrysler New Yorker que se encargaron de transportar a los presidentes que gobernaron el Perú entre 1970 y 1980 (señal no explicitada de Velasco, Morales Bermúdez y Belaúnde). Ni bien se estuvo haciendo la subasta, el presidente tuvo que dejar el martillo y salir volando a resolver un problema doble y real: la compra sobrevaluada de camionetas y ambulancias realizada por el Ministerio del Interior y de Salud respectivamente. Mientras fungía de vendedor-reformador, el escenario le obligó a dedicarse a cosas que realmente valen la pena cuando de Reforma del Estado hablamos.

Cabe resaltar que Alan ha tomado varios papeles secundarios en estos últimos meses. Primero fue un humilde monarca rezando junto al Cardenal. Luego fue un activista acérrimo de la pena de muerte. Después se le vio liderando el recorte de sueldos y la eliminación de OPDs como una forma innovadora de reformar el Estado. También obtuvo una notable caracterización como padre responsable de reconocer a su hijo fuera del matrimonio fuera de la carrera electoral. Algunos apreciaron sus dotes de bailarín postreaggetonero en unas cuantas apariciones populares ha tenido. Y finalmente, ahora ha decidido convertirse en un activista en favor de las empleadas del hogar como un preludio a la celebración del día internacional de la mujer. En suma, una retafila de actuaciones magras y estúpidas.

No sé si James Cameron lo podrá llamar con este cv para que protagonice algún papel en algún documental provocador como el reciente que realizó acerca del probable descubrimiento de la tumba de Jesús, María y su hijo Judas. O quizá, un cuentista nacional como Garrido Lecca (su actual Ministro de Vivienda) se le ocurra incluirlo dentro de sus tan originales propuestas artísticas como Piratas en el Callao o Dragones destino de fuego. Un blockbuster estaría a punto de comenzar, pero como sucede en la mayoría de este tipo de películas taquilleras, no siempre cuentan una buena historia a pesar de los asombrosos efectos especiales; ni sus protagonistas merecen mayor reconocimiento a pesar que reciben siempre una buena tajada por su actuación.

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