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jueves, marzo 15, 2007

La cruzada ahorradora del JNE

La reciente conferencia de prensa ofrecida por el Jurado Nacional de Elecciones donde se presenta una propuesta sesgada de reunificación de dos de los tres organismos electorales que tiene actualmente el país hace eco de la voluntad política del actual gobierno para reformar al Estado bajo la hipótesis de que lo más barato es lo mejor. El sentido común sin embargo nos enseña que esto no siempre ocurre así. Lo barato puede salir muy caro. Sobre todo si tomamos en cuenta un aspecto tan fundamental como es el costo que como sociedad tenemos que incurrir para tener una democracia saludable.

La primera vez que el Perú asumió con madurez democrática el costo adicional de dedicar recursos escasos en unas elecciones que fueran limpias y transparentes fue el 2001. Esto fue así porque las elecciones del año 2000 habían resultado en un verdadero desastre. La falsificación del millón de firmas, el acceso desigual de los partidos políticos a la publicidad en los medios, el acoso sistemático del gobierno a los medios de comunicación de oposición y a la misión de observación electoral de la OEA; y la desidia de los organismos electorales ante las claras evidencias de fraude electoral fueron una cadena de eventos desafortunados que hicieron que el país estuviera al borde del colapso moral y político.

Es en este contexto que el cambio de régimen político, de uno autoritario a uno democrático, exigió la necesidad de invertir en unas nuevas elecciones generales que gozaran de indudables credenciales de eficiencia y transparencia técnica. Y se logró pero a un costo por elector de casi el doble de lo gastado durante el proceso electoral del año 2000. No obstante, nadie cuestionó la calidad técnica con la que los tres organismos electorales se desempeñaron quienes coordinaron adecuadamente sus funciones de acuerdo a ley.

Tabla 1 Evolución del costo de las elecciones 2000 - 2006

Año

Nuevos soles

Número de electores

Costo por elector US$

Costo total elecciones generales

Costo total real 2006=100

Costo real por elector

2000

158,098,490

177,625,325

12.2

14,567,468

3.1

2001

308,275,694

346,697,698

23.3

14,906,233

5.9

2006

221,609,114

221,609,114

13.4

16,594,824

4.1

Elaboración propia en base a información del JNE

Luego de que la ciudadanía resolvió seguir el orden democrático y electoral como base para el desarrollo social y económico, los organismos electorales se vieron comprometidos a reflexionar acerca de sus funciones y realizar mejoras donde vieran que era conveniente para modernizar y estandarizar procesos y así conseguir en el mediano plazo una reducción en los costos electorales. Solo dos administraciones lo hicieron: la ONPE y el RENIEC. El JNE por su parte, no tuvo mejor parecer que emprender una larga y costosa cruzada por recuperar las funciones administrativas y logísticas que le fueron retiradas por la reforma constitucional de 1993; a pesar que las elecciones generales del 2001 y las elecciones municipales del 2002 probaran que el modelo de organización electoral que separaba las funciones jurídicas de las administrativas en distintos organismos funcionaba.


Esta lucha emprendida por el JNE aun no ha terminado. Y parece que no terminará a menos que cambie por voluntad propia su tradición política y se resuelva de una vez por todas el problema de la confusa atribución de funciones administrativas y jurídicas que todavía concentra este organismo. Mientras tanto, el sistema seguirá “sobrecalentado” y generará costos de transacción innecesarios a la ciudadanía. Reformar el Estado no es una mera cuestión de reducir el organigrama del gobierno con la finalidad de reducir costos como si se tratara de aplicar una regla de tres simple. Esta tiene que ver con la realización de un cambio pertinente en las relaciones de poder y representación entre los diferentes actores de una sociedad para dar lugar a una modernización administrativa exitosa del Estado para bien del ciudadano y el estado de derecho. Ambos procesos se vivieron vertiginosa y exitosamente el 2001 ¿Por qué marchar en un sentido contrario a esta reforma para encarecer el diseño en vez de mejorarlo?

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