Si Alan quiere resarcirse con el Perú por el aumento de la pobreza que ocasionó por la mala gestión de su primer gobierno, debería establecer como objetivo reducir la tasa de pobreza a 26.25% en vez del 30% que ha propuesto (ver aquí). Veamos por qué.
Como se puede apreciar de la tabla, durante el primer gobierno de García, la tasa de pobreza aumentó de 41.6% a 57.4%, teniendo como consecuencia un aumento del número de pobres en 4.5 millones aproximadamente (las cifras son del Instituto Cuánto). En este segundo gobierno, si la magia del INEI y el BM logra que Alan consiga la meta de 30% de pobreza, tendríamos que el número de pobres se habrá reducido en 3.3 millones.
Esto significa que habría un número aproximado de un millón, ciento veintisiete mil peruanos que faltaría rescatar de la pobreza para que Alan deje al Perú tal como lo encontró en 1985. Este desafío surge por un puro efecto demográfico, obligando que la meta sea 26.2% y no el 30% que maneja el actual discurso presidencial.
No obstante, cabe recordar que aquí nos referimos únicamente al problema de resolver la deuda pendiente con las personas que lanzó al mar de la pobreza en su primer gobierno. Falta evaluar otras dimensiones de la realidad social y económica peruana como el problema de la desigualdad, los ingresos medios, entre otros indicadores de interés, que espero abordar en un próximo post.
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Ver un artículo similar que publiqué hace unos meses atrás.
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