Luego de leer el NY Times me encuentro con la sorpresa que la tensión diplomática entre los Estados Unidos y Venezuela ha cobrado mayor importancia que la desatada por Evo al expulsar al embajador americano Goldberg. No sólo se ha visto la expulsión del embajador venezolano en Washington sino que también, el Departamento del Tesoro Americano ha confiscado las cuentas de oficiales venezolanos por brindar apoyo económico a la guerrilla colombiana de las FARC.
La preocupación en torno a esta seria movida gringa es la posibilidad de que los Estados Unidos hallan clasificado implícita y explícitamente a Venezuela como un Estado que brinda soporte financiero al terrorismo. Esto podría dar lugar a que el gran país del norte considere utilizar las mismas herramientas tácticas que usa con los países de medio oriente, es decir, la guerra. Ello para evitar un desequilibrio en nombre de la democracia en América Latina.
Pero el interés en el fondo sería otro. Dada la crisis económica que estaría ahogando a buena parte de la población de los Estados Unidos, la necesidad de encontrar nuevas fuentes de petróleo a bajo costo se habrían tornado más que urgentes. No es extraño entonces que Hugo Chávez haya respondido abiertamente que se encuentra respaldado militar y financieramente por los gobiernos de Rusia y China, y que, junto con ello, amenace con limitar las ventas de petróleo al país del norte.
¿Estará pensando Washington tomar Venezuela? Sólo el tiempo, la crisis energética y la evolución de las actuales hostilidades diplomáticas lo dirán. Una cosa es cierta. Si Obama gana las elecciones, tendrá que lidiar con un escenario político complicado con América Latina.
En ese escenario, ¿Cuál es el rol que puede jugar el Perú?, con un TLC entre manos, y un Presidente que se ha declarado abiertamente aliado estratégico de los intereses de la Casa Blanca en América del Sur, es posible que cumpla un rol declarativo a favor de la posición gringa y su respectivo performance a futuro.
Así las cosas, queda claro que las posibilidades de integración comercial suramericana están mas lejos que nunca. Algo que podría poner en riesgo, su actual proceso de integración ciudadana y política.
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