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jueves, septiembre 04, 2008

Nuevas deudas y nueva pobreza

La pobreza nuevamente está de moda. Tras el aumento brutal de los precios de los alimentos, el Banco Mundial y el BID se encargaron de actualizarnos sobre las dramáticas dimensiones de ella y del peligro en que nos encontramos de no alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. De acuerdo con el primero, luego de haber ajustado los índices de costo de vida de varios países del mundo y de realizar otros artificios estadísticos más, se ha encontrado que el número “real” de pobres hacia el 2005 se ha incrementado en cerca de 400 millones de personas más. Por su parte, el BID ha estimado que si la inflación de alimentos alcanzara el 30%, el número de pobres aumentaría en 26 millones para América Latina solamente.

Estos hallazgos han hecho que la pobreza se encuentre nuevamente en la base de la cartera de proyectos a financiar con el objetivo de aliviar los efectos negativos de la inflación mundial. En el caso del BID, esta organización ha establecido una línea de crédito por USD 500 millones para financiar programas de incremento de la productividad agrícola y ampliar sus programas de transferencias de dinero en efectivo para los más pobres. Por su parte, el Banco Mundial, ha aprobado un nuevo mecanismo de financiamiento rápido, llamado el Programa de Respuesta a la Crisis Mundial de Alimentos (GFRP, por sus siglas en inglés) por un monto de USD 1,200 millones, los cuales servirán para que los países tengan una cartera de opciones a financiar programas para abordar políticas de precios, de protección social y nutrición y el suministro de semillas y fertilizantes. Esto sin dejar de lado el anuncio del Grupo del Banco Mundial que aumentará los fondos destinados para la agricultura y los alimentos para el próximo año en un 50%.

Este tipo de iniciativas, aunque necesarias, no resuelven el problema estructural de la falta de un modelo de desarrollo económico y social de los países en vías de desarrollo construido sobre la base de un sistema de financiamiento justo y responsable que permita una mejora progresiva y compartida de sus frutos. En su lugar, se ensayan nuevas formas de endeudamiento sobre la base incólume de la pobreza que con cada nueva crisis mundial, ya sea energética, financiera o alimentaria, cobra vida propia, se fortalece y amenaza con sincerar aún más las dimensiones globales que tal inequidad esconde.

Hace falta pues, replantear los términos del contrato social que obliga a los países en desarrollo a asumir injustamente el costo de las crisis internacionales sobre la base de nuevas formas de endeudamiento para contener el avance de la pobreza. En su lugar, el costo debiera ser pagado por los gobiernos del primer mundo y las empresas transnacionales que han desatado este proceso sobre la base de la especulación y la mayor demanda de biocombustibles. Pero un mundo mejor, sería aquel en el que no fueran necesarias nuevas y creativas formas de endeudamiento para eliminar la pobreza, sino más bien, estrategias innovadoras de desarrollo económico y solidario de los países más ricos para con los más pobres.
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Publicado en el Boletín Electrónico de Finanzas y Comercio
Grupo Hemisférico sobre nexos entre Finanzas y Comercio
Septiembre de 2008
Latindadd
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