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martes, octubre 16, 2007

La economía en piloto automático

Pocas veces leo la columna Abrapalabra de Rafo León, en la revista Somos del diario El Comercio (sáb/13/10/07. Pág. 28). Pero esta vez presentó una reflexión interesante a partir de la siguiente pregunta:
¿Para qué elegir presidentes si la economía va sola por el camino correcto?
Esta inquietud surge a partir de una afirmación que hiciera el ex presidente Alejandro Toledo a la periodista Jessica Tapia: "Recemos para que Alan García no se meta con el 'piloto automático'..." en clara alusión a que la actual administración no se meta a realizar cambios significativos en la actual política económica, sobre todo, la que permite que la minería avance a pasos agigantados.

La afirmación más curiosa de este notable viajero es que concluye lo siguiente:
[N]o tiene sentido entonces que elijamos presidente cada cinco años, bastaría con [elección de] el ministro de economía.
El problema con esta afirmación es que, en primer lugar, tiene mucho sentido para una democracia, aun si esta es bastante débil y enclenque, elegir a quienes lideran los destinos de la nación: el Presidente y el Congreso. Este es un principio básico de organización política de toda sociedad moderna y libre que garantiza el respeto y la dignidad humana, a pesar de todas sus deficiencias.

En segundo lugar, la contradicción Ejecutivo-eficiente/Congreso-ineficiente no es de reciente construcción. Fue el gobierno de Alberto Fujimori quien creó y llevó esta paradoja a un extremo estrepitoso a tal punto que tomó la decisión de cerrar el Congreso para poder implementar con éxito las reformas políticas y económicas que eran necesarias.

Teivo Teivainen, señala que el gobierno de Fujimori llevó a cabo un proceso de economicismo transnacional en el que involucraban acciones concretas para independizar "lo económico" de "lo político". Esta concepción nace desde la propuesta teórica naturalista de Adam Smith según el cual:
Con su concepto de la mano invisible, el dominio económico aparecía como poseedor de un mecanismo automático que conducía al bien general. De esta manera la economía, o la economía política, como se llamaba la disciplina en aquel tiempo, naturalizaba una supuesta armonía de intereses. La aproximación marginalista dio un paso más, matematizando la economía hasta el punto que los elementos políticos parecieron desaparecerse. Al quitar el adjetivo "política", los economistas podían argumentar que el comportamiento económico era el reflejo de una psicología universal individualista, más que un producto de instituciones socialmente construidas. Este argumento podía entonces ser usado para afirmar la naturalidad de los principios del laissez-faire.
De esta manera, se concibe que lo natural es dejar que la economía actúe por sí sola ya que ella es la más inteligente para resolver las necesidades de las partes que interactúan entre sí, es decir, los seres humanos.

Sin embargo, este no es un mundo donde sólo interactúan personas. También tienen un rol central las organizaciones, sobre todo las empresariales que son las que condicionan las reglas de juego de una sociedad, transformándola o excluyéndola.

Es por eso la necesidad de que la democracia juegue un rol fundamental en nuestra sociedad para hacer participar a la población en la toma de decisiones que tienen impacto sobre su bienestar. En la actualidad se vuelven aún más importantes las herramientas de democracia participativa a fin de que la ciudadanía pueda controlar en el muy corto plazo las acciones de sus líderes políticos.

Así que la idea de piloto automático, o de la mano invisible de la economía, es una idea pegajosa y popular, pero no necesariamente deseable en el rediseño de una sociedad como la nuestra, que pretende convertirse en una sociedad más justa e igualitaria.

Creo que seguir la idea de dejar la economía en 'piloto automático' nos conducirá nuevamente a la asunción de un gobernante autoritario al mejor estilo del fujimorismo-montesinismo de los noventa.

Afortunadamente, el artículo de Rafo no va por ese lado, sino más bien en criticar que Alan García no está haciendo bien siquiera su rol de 'copiloto' del 'piloto automático'. En efecto, la reciente iniciativa legal que pone a una veintena de proyectos mineros en 'los niños engreídos' del gobierno fomenta una clara desventaja e inequidad para otros sectores económicos igualmente competitivos, perjudicándolos en el mediano y largo plazo.

Es imperante que el actual gobierno cumpla con dejar las cosas tal como están (en lo que a su competencia corresponde), hasta que Carranza o su sucesor se le ocurra realizar una reforma que impulse el crecimiento con equidad en nuestra sociedad.

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Aquí va el video donde Toledo realiza la declaración que motivó este artículo (min 7:45 a 8:01).


1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen comentario. Gracias. Pero como siempre, una vez mas, los politicos hacen uso de la cortina de humo para tapar lo evidente... los problemas reales que aquejan al Peru, en este caso, segun Toledo, lo atacan para encubrir los problemas economicos como la inflacion (y da ejemplos claros y concretos que todos los peruanos vemos a diario), y tambien menciona el tema escabroso del SIS y el aun no resuelto asunto de los patrulleros.
Yo creo, que una vez mas, el gobierno aprista se esta llenando los bolsillos a costas del sufrimiento del pueblo, ahi Dios quiera que no regrese la inflacion de fines de los 80... aunque, masoquistamente quizas, seria bueno que ocurriera de nuevo para que las personas que eligieron a Alan vean que gran error cometieron.
Lastima que las masas no tienen memoria.
Gracias por leer.