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martes, agosto 14, 2007

¿Por qué un Pacto Social descentralizado?

Una de las grandes falacias de la propuesta de consolidar un Pacto Social en nuestro país es suponer que podremos sentar en la mesa de conversaciones a todos los actores que representen legítimamente a la mayoría de la población del país. Para comenzar, no existen actores representativos, al menos, de aquel 50% de la población peruana sumida en la pobreza y la desigualdad.

No obstante, desde el lado de los empresarios, si hay actores. Incluso tienen tribuna libre para escribir en los medios más serios de nuestra sociedad.

Por ejemplo, Eduardo Farah, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, escribe a favor de los que están excluidos de los beneficios del crecimiento económico, poniendo en tela de juicio la actuación de la CGTP frente al Pacto Social:
El Perú ya no está para eso, para más juegos políticos, para pérdida de tiempo. Ahora tenemos que ser conscientes de que necesitamos mantener la senda del crecimiento, pero sobre todo lograr que el famoso chorreo lo sientan todos, en especial los excluidos, quienes tienen el derecho de ser escuchados. Busquemos, pues, la forma de conciliar sus intereses y lograr su adecuada representación en el Pacto Social.
Me pregunto cómo harán los empresarios o el Estado para reunir a la masa atomizada de trabajadores del sector informal de todo el país para escuchar e incorporar sus demandas en el Pacto Social, tal como lo reclama el Sr. Farah.

La CGTP, con todos los problemas que tiene, representa quizás a la única fracción organizada de la mano de obra sindicalizada de nuestro país. Así que es uno de los pocos interlocutores organizados del lado de los trabajadores para sentarse en la mesa de negociación del Pacto Social. Pero su rol sería un blanco fácil de críticas precisamente por su poca representatividad y cobertura. Por lo tanto el proceso perdería sentido, una vez iniciadas las conversaciones.

Para convocar a un Pacto Social, el Presidente García debe hacer algo más que sólo inspirarse en la lectura del libro "Cuentos Chinos" de Andres Oppenheimer, donde se narra la experiencia de éxito del Pacto Social establecido en Irlanda. Que no venga a decir Jorge del Castillo que la propuesta del Pacto Social la inventó Haya de la Torre!

Para convocar a un pacto social, primero es necesario asegurar que habrán caminos para tejer una sociedad. Se puede comenzar por garantizar un mayor nivel de sindicalización para ese 30% de la mano de obra que trabaja en el sector formal. Pero también se debe trabajar con la mano de obra precaria que se aloja trabajando en el sector informal a través de sus diferentes asociaciones de productores y comerciantes.

Pero sobre todo, debe convocar a un pacto social descentralizado en las regiones. ¿Por qué debe buscarse hacer una política nacional a partir de la congregación de unas cuantas vértices reunidas en Lima, cuando el Perú es mucho más complejo y diverso que eso?

Es hora de pensar que la política de la descentralización debe contemplar no sólo aspectos meramente administrativos sino también aspectos como la negociación de los destinos de los pueblos. Es un proceso más lento, pero será mucho más inclusivo, real y legítimo para transformar nuestra sociedad.

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