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viernes, octubre 03, 2008

¿Cuatro horas al día o cuatro días por semana?

Me pareció curiosa la propuesta realizada por el genial Carlín, aquella de trabajar sólo cuatro horas al día (ver entrevista en Utero.tv), como una recomendación consecuente de sus reflexiones y contrastes de la teoría marxista con la realidad actual. 

Esto me hizo recordar un estudio realizado en la cuna del pensamiento liberal histórico titulado "Are There Day of the Week Productivity Effects?" (¿Existen efectos de la productividad por día en la semana?) por Alex Bryson & John Forth. Ellos discuten la posibilidad de que la fuerza laboral post moderna trabaje sólo cuatro días y no cinco o seis como se hace en la actualidad. Y esto por cuestiones puramente racionales en torno a la optimización de la productividad del trabajo.

En efecto, los autores presentan el siguiente gráfico:


Es decir, si existen diferencias sistemáticas en la dedicación y uso del tiempo para el trabajo durante la semana, y con cierta tendencia a concentrarlo en cuatro o tres días centrales de la semana (osea, de lunes a jueves) ¿Por qué no evaluar la posibilidad de reorganizar el tiempo de los trabajadores hacia esos días unicamente en vez de tenerlos innecesaria o costosamente en los otros?

Es algo que eventualmente podría costar trabajo en asimilarlo. Pero los autores apelan a una limpia visión negociadora de las relaciones entre los trabajadores y el empresario en aras de lograr el máximo producto, y por tanto la mayor rentabilidad:
Esto implica que cualquier decisión de reasignación [del horario de trabajo] debe ser adoptada conjuntamente por empleados y empleadores. Las ganancias en productividad pueden ser alcanzables si los empleadores y los empleados son animados a tomar un enfoque más creativo en la cuestión de la programación de trabajo durante la semana y participar más activamente en el debate acerca de cómo el trabajo puede ser programado de manera que maximice la producción. Similares iniciativas podrían también aportar beneficios al permitir una asignación más productiva de trabajo a través de la jornada de trabajo o de otras dimensiones temporales, si la actual distribución de esfuerzos a través de estas dimensiones es sub-óptima en términos de la productividad.
Así que, tanto desde el punto de vista más marxista como liberal, habrían razones de peso para sugerir horarios de trabajo recortados ya sea en el número de horas que se dedica cada día, o en el número de días que se dedican a la semana. 

Eso funciona perfectamente en economías donde la mano de obra tiene posibilidades de negociar. Ya sea a través de un sindicato o por una conversación individual frente a frente, trabajador y empleador. Pero en economías como la nuestra, la cuestión aparece un poco más compleja, y por ello es válida la pregunta de Marco Sifuentes: ¿Qué hay de los independientes?

Allí la respuesta de Carlín necesita un mayor sustento. El tema de que el sector informal (incluido los independientes) funciona como "un espejo" de lo que hace el sector moderno de la economía es una idea para el que no se encuentra mucho sustento. Al respecto, la única hipótesis evaluada es si el sector informal responde a las "señales" emitidas por el sector formal -como si fuese un faro- para que aumente los salarios. En nuestra economía no se ha encontrado evidencia suficiente a favor de esta hipótesis, sobre todo ante eventos como el aumento del Salario Mínimo (ver artículo aquí).

Más bien, con lo que si contamos es con un cálculo del aumento promedio de las horas de trabajo como compensación a la reducción del ingreso horario (descargar el trabajo de Gustavo Yamada aquí, pdf). Mientras que el último ha caído en 49% en promedio en términos reales, el primero ha tenido que aumentar de 50.3 a 54.8 horas semanales. Esto entre 1985 y el 2000 para el caso de Lima Metropolitana. Ello implica que en el periodo analizado, las familias han tenido que sacrificar su ocio para aumentar su nivel de ingreso, dados los contextos de crisis y recuperación económicos vividos en ese periodo.

¿Ha cambiado la situación para hoy? Es decir, dado que se observa que las condiciones económicas macro han mejorado, se esperaría que las familias peruanas (o al menos limeñas) estarían recibiendo un mejor ingreso que en la década y media pasadas. Y que por lo tanto, ¿ellas estarían listas para reducir las horas de trabajo promedio utilizadas para cada semana, para lograr una mayor productividad y ganancias?. 

Habría que investigar si ello es posible, mi estimado Carlín.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Raúl:

En el cuestionario del Censo Continuo se preguntaba de manera específica las horas trabajadas en cada uno de los siete días de la semana. En caso decidas trabajar la base de datos te sugiero que sólo uses el tramo Enero-Julio 2006, porque poco despues la captura de datos pasó de escaneo a mecanografiado y los errorres no muestrales varian consiguientemente.

Saludos, Farid

Raul Mauro dijo...

Gracias Farid. Tomaré en cuenta la advertencia.