Gracias a uno de mis lectores, pude percibir que el indicador del número de deudores que tiene nuestro sistema financiero no parece ser muy popular para evaluar su fortaleza o debilidad. En verdad, creo que aunque el indicador sea muy simple y tosco, es ilustrativo de un problema potencialmente creciente y que debe ser mirado junto con el indicador de la tasa de morosidad (bueno en realidad junto con toda la batería de indicadores que publica la SBS, ver aquí). La razón es que este número nos da evidencia del universo que potencialmente se vería afectado por la crisis y que por un elevamiento inesperado de la tasa de morosidad implique a un número mayor de personas que en el pasado multiplicando innecesariamente los males de la crisis venidera.
Me explico, tomando en cuenta una economía sana, donde hay pleno empleo, e ingresos estables, se puede esperar que el número de deudores aumente rápidamente. En efecto, imaginemos que esa economía fue la peruana, que en un primer momento tuvo 100 deudores con una tasa de morosidad del 10%, es decir, con 10 personas en problemas de pago. Luego, con el devenir del negocio del crédito y las políticas de supervisión adecuadas, se alcanza una tasa de morosidad del 5%, pero con un número de deudores mayor, digamos 200. Esto significa que el número de personas en problemas de pago es de 10. Esto es, exactamente la misma cantidad de personas que en el primer momento de nuestro análisis. Hasta aquí no hay ningún problema.
Pero ahora introduzcamos el tema de la crisis justo en este último punto. La economía se enferma, hay recesión, se pierden empleos y los ingresos se contraen o se vuelven muy esporádicos. Es evidente que aunque tengamos una tasa bastante baja de morosidad, la potencialidad de contagio y de riesgo del sistema financiera es mayor que en el momento de arranque. Si la tasa de morosidad vuelve a aumentar al 10%, por efecto de la crisis, entonces tendremos 20 personas en problemas de pago y los bancos comenzarían a sentir la pegada por las dificultades de ellas.
Es decir, la baja tasa de morosidad sólo nos indica la bondad del sistema pero sólo visto por un lado, en tanto y en cuanto haya un contexto de buen desempeño de la economía en general. Es un indicador parcial de desempeño. Pero al ver el indicador del número de deudores es posible apreciar que enfrentamos un problema de riesgo crediticio ante un eventual shock financiero como el que estamos apreciando en la actualidad.
En efecto, si uno observa los números de deudores y de morosos entre enero del 2001 y septiembre de 2008, veremos algunas cuestiones interesantes. En primer lugar, el número de deudores ha sido siempre creciente. Hemos pasado de un poco más de 1 millón a casi 5 millones de deudores. En segundo lugar, el número de morosos ha pasado de aproximadamente 106 mil personas a 58 mil y pico. Esto se explica porque la tasa de morosidad ha bajado significativamente pasando de 10.54% a 1.19%. Hasta aquí todo bien.
Sin embargo, el número de morosos alcanzó su nivel histórico más bajo de toda la serie en diciembre del 2006, cuando habían 46.4 mil personas en tal situación. A partir de entonces, reducciones adicionales en la tasa de morosidad no han estado acompañadas de reducciones en el número de morosos porque la tasa de aumento de los deudores ha sido más rápida (un poco más del doble) para este último periodo. Aquí es donde se encuentra la vulnerabilidad del sistema porque no ha limitado la velocidad de crecimiento del número de deudores al sobrepasar al de los que incurren en morosidad. El gráfico a continuación plantea el problema.
El número de morosos ha entrado a comportamiento estacionario. Una meseta. A pesar que la tasa de morosidad ha ido decreciendo muy lentamente en los últimos meses.
Ahora que la crisis se va a manifestar en nuestra economía el próximo año, y suponiendo dos cuestiones: que la tasa de morosidad se incremente como máximo a la tasa observada a principios de 2001, y, que no aumente el número de deudores este fin de año, tendremos que el total de personas en moratoria de sus pagos ascendería a prácticamente 490 mil personas. Esto es 4.6 veces el número de personas en mora que había en enero del 2001 y este sería un problema importante que afrontar en nuestra economía para fines del 2009.
Ojo que en este pequeño análisis no he hecho mediciones sobre el monto de recursos que estas personas implican sobre el sistema. Básicamente porque la información disponible no lo permite. Pero probablemente no sea muy importante como masa, si pensamos que la mayor parte de las colocaciones de créditos se han dado siguiendo el estilo estadounidense, es decir entre personas calificadas como NINJA (No Income, No Jobs, No Assets/ Sin ingresos, sin empleo, sin activos).
Pero indagaré más sobre el tema para ver que obtengo.
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