Si bien la democracia no se reduce a celebrar elecciones generales o sub-nacionales, no se puede concebir una democracia sin elecciones regulares. De esta manera, buena parte del costo de la democracia es la organización de elecciones.
El costo histórico de la ejecución de elecciones generales es muy reducido en términos del PBI, siendo la única excepción las elecciones de transición democrática celebradas el 2001 año en el que alcanzó el 0.17% del PBI. Luego, el costo de las elecciones generales siempre se ha ubicado por debajo del 0.1% del PBI. En términos comparativos, las medidas presupuestadas para reactivar la economía durante el 2014 tuvieron un costo calculado en 4,204 millones de soles, equivalentes a un 0.7% del PBI, esto es 10 veces el costo promedio de las elecciones de los últimos 29 años[1].
Gráfico
1 Presupuesto de Elecciones Generales como
Porcentaje del PBI
Elaboración propia con información JNE-INEI
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Con respecto a las elecciones de transición democrática de 2001, ha habido mucha crítica sobre el elevado costo presupuestal en el que se incurrió con respecto a las elecciones de 2000. En efecto, entre 2000 y 2001, el presupuesto aumentó en 329% debido a los servicios innovadores que se implementaron en las elecciones de 2001 para garantizar la transparencia y velocidad en la presentación de los resultados del voto popular. No obstante, si se compara el mismo tipo de servicios contratados entre las elecciones de 2000 y 2001, el incremento presupuestal fue de 6.5%.
Tabla
1 Comparación del costo presupuestal de
elecciones generales 2001 versus 2000, soles
Fuente: ONPE
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El incremento presupuestal observado entre 2011 y 2006 obedece a que se introdujeron innovaciones para la votación de los extranjeros y se incluyeron las elecciones para el Parlamento Andino.
A pesar del incremento de presupuesto que se ha venido observando desde el 2001, este se ha mantenido estable en términos del costo presupuestal por elector en una cifra cercana a los 15 soles por persona.
El anuncio por parte del gobierno de un presupuesto de 700 millones de soles para la organización de elecciones generales resulta en una cifra bastante alta, ya que casi duplica el costo por elector observado de los años anteriores. No obstante, es posible que se esté considerando en ese costo, el presupuesto de dos elecciones seguidas, el referéndum para aprobar la reforma constitucional que viabilice el adelanto de elecciones y las propias elecciones generales adelantadas. De esta forma el costo por elector se ubica en un promedio de 14.35 soles por elección.
Tabla 2
Presupuesto y Padrón de Electores de las Elecciones Generales 1990 - 2019
Una pregunta que quedaría en el tintero es ¿Si el gasto electoral del 2001 fue tan alto, pudo este haber servido de estímulo para la economía peruana? Es muy probable que el gasto electoral haya tenido un impacto positivo en los sectores no primarios (comercio y servicios) ya que según la web de Transparencia del MEF más del 92% del presupuesto programado se ejecutó antes del mes de junio en servicios diversos tales como capacitación, papelería, cómputo, comunicaciones y transporte (1ra vuelta electoral se realizó el 8 de abril, y la 2da vuelta se realizó el 3 de junio). El resultado fue una recuperación del crecimiento de 0.6% durante ese año.
De lo anterior se podría deducir que el impacto de ejecutar elecciones adelantadas sería positivo en la medida que estimula la demanda interna por bienes y servicios terciarios fundamentalmente que podría ser de al menos medio punto de crecimiento del PBI.