El gobierno construye carreteras, pero Puno quiere una de las suyas en los plazos ofrecidos. El gobierno quiere promover la agricultura, pero Apurímac no puede aceptar que la ayuda a sus fertilizantes llegue después de la cosecha. El gobierno tiene leyes ambientalistas, pero la gente del Río Ramis, Puno, quiere se cumplan en tiempo real.Para comentar en clase!
Todo lo cual sugiere que estamos viviendo una inversión de una parte de la famosa Ley de Say, según la cual toda oferta crea su propia demanda. En el Perú socioeconómico de estos años son las demandas las que van creando sucesivas ofertas por parte del gobierno central. Ofertas que ese gobierno probablemente no sabía que podría hacer.
POLITEKONGPT
domingo, julio 22, 2007
La inversa de la ley de Say
Mirko Lauer, en el diario La República, hace gala de su originalidad para interpretar el efecto de los conflictos sociales sobre el Estado, adaptando una de las leyes clásicas de la economía, la ley de Say (énfasis mío):
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