Mientras que en Estados Unidos debaten si la lectura de Harry Potter ha tenido un impacto significativo en los hábitos de lectura de los jóvenes, nosotros nos encontramos evaluando si nuestros chicos pueden leer el cuento de Lucas y su perro Dogo. A continuación el detalle del estudio.
La amplia cobertura que tiene nuestro sistema educativo básico (más del 95%) contrasta con la pobre calidad de la enseñanza que se brinda a través de ella. Aparte de la prueba PISA 2000 -donde resultamos en el último lugar de 43 países evaluados- el Banco Mundial ha publicado un estudio de lectura y compresión realizado entre 245 escolares de primer y segundo grado de los lugares más pobres de nuestro país. A continuación los resultados:
La amplia cobertura que tiene nuestro sistema educativo básico (más del 95%) contrasta con la pobre calidad de la enseñanza que se brinda a través de ella. Aparte de la prueba PISA 2000 -donde resultamos en el último lugar de 43 países evaluados- el Banco Mundial ha publicado un estudio de lectura y compresión realizado entre 245 escolares de primer y segundo grado de los lugares más pobres de nuestro país. A continuación los resultados:
Los parámetros de evaluación latinoamericanos sugieren que los niños de primer grado deben leer alrededor de 30 palabras por minuto, mientras que los de segundo deben tener la capacidad de leer un poco más del doble. En Estados Unidos consideran que los parámetros para primer grado deben ser entre 30 y 70 palabras por minuto para el primer grado, mientras que para el segundo deben ser entre 60 y 100. Como se puede apreciar del cuadro anterior, estamos muy por debajo de estos parámetros de evaluación.
Si el tema de la lectura es un fracaso singular, el de la compresión de lectura es un desastre.
Sin más palabras que recomendar la urgencia de mejorar cualitativamente la educación provista por nuestro sistema escolar público, quiero presentar el cuento utilizado como 'valla medidora' por este estudio. A ver si se animan algunos padres a comprobar que tanto han avanzado sus niños en la escuela, sea pública o privada:
Había un perrito gordo y peludo llamado Dogo. La familia con quien vivía lo quería mucho. Dogo era un perro obediente, cuidaba la casa, pero no comía toda su comida. Un día salió de paseo con su amo Lucas y se perdió. Lucas se puso triste, pero felizmente Dogo apareció al rato. Lucas lo cargó y lo llevó a su casa.Las preguntas de comprensión de lectura fueron:
1. ¿Cómo se llamaba el perro?Mientras tanto, en Estados Unidos, debaten intensamente porque la renovada pasión por la lectura a cargo de los cuentos de Harry Potter, en realidad, ha tenido un efecto limitado en los hábitos de lectura de sus jóvenes, quienes encuentran más provechoso escribir mensajes de texto en su celular o bajarse música mp3 desde la internet (ver artículo aquí).
2. ¿Con quién vivía el perro?
3. ¿El perro comía su comida?
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Para descargar el estudio realizado por el Banco Mundial, publicado en junio del 2005, hacer click aquí (pdf).
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