Uno de los resultados más llamativos del reciente estudio de opinión sobre el trabajo infantil preparado por la OIT y la PUCP es la diferencia en las expectativas que tiene la población sobre qué niño o niña tendrá más oportunidades de progresar en la vida: los que trabajan o los que no trabajan.
Mientras que en los niveles socioeconómicos más altos, la mayoría opina que el niño o niña que triunfará será el que no trabaja (se entiende que la mejor alternativa al trabajo infantil sería la educación); en los niveles socioeconómicos más bajos, el mayor porcentaje se concentra en los que opinan que son los niños que trabajan quienes triunfarán en el futuro. A continuación el gráfico que presenta estas diferencias:
Este resultado es consistente con las expectativas de la propia población de lo que será más rentable para sus hijos e hijas según su experiencia. Ninguno está equivocado, desde su particular punto de vista, puesto que ese es el esquema mental con el que se le ha formado y así percibe la realidad. Sin embargo, esta diferencia es particularmente útil para la reproducción de la estructura de la desigualdad que persiste en nuestra sociedad. El Estado bien podría influir cambiando los paradigmas mentales no sólo de la población más pobre, para que valore un poco más la educación antes que el trabajo; sino también de la población más rica para abrir espacios de oportunidad de inserción para los más pobres y así impulsar el crecimiento económico, tal como lo ha propuesto repetidamente Douglass North.
La encuesta fue aplicada durante el mes de diciembre del 2006, a más de 1600 personas en las regiones de Lima-Callao, Cajamarca, Puno, Cusco, Ancash, Piura, La Libertad, Junín, Loreto y San Martín. El estudio fue conducido por el Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú y ha sido auspiciado por OIT y la AECI.
En pocos días la OIT Andina va a colgar el documento en su página web y, a quienes soliciten la publicación, se les adjuntará un CD con la base de datos de la encuesta. Esto será un insumo importante para realizar nuevos estudios y diseñar políticas públicas para mejorar la institucionalidad peruana respecto al rol que el trabajo infantil deberá cumplir en el desarrollo del país.
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