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lunes, septiembre 03, 2007

Violencia artesanal

Hace más de 7 años, el Banco Interamericano de Desarrollo publicó un estudio sobre los costos de la violencia en América Latina (pdf). Los resultados del mismo incluyeron una estimación de estos costos para el caso específico del Perú. A continuación, un gráfico que presenta una estructura de estos costos (CD: Directos, CI: Indirectos, TFR: Tranferencias), en términos del PIB de 1997, del cual sacaron algunas conclusiones que fueron el motivo para escribir este artículo:

El estudio, a cargo de Juan Luis Londoño y Rodrigo Guerrero, deslizan las siguientes interpretaciones de los costos acumulados por el estudio (pág.27, énfasis mío):
  • Perú se caracteriza, comparativamente, por una violencia artesanal, con alta incidencia de eventos de pequeño monto, con poca letalidad y relativamente bajos costos sobre la economía.
  • En México parece proliferar más el delito organizado sobre la propiedad que el delito sobre la vida.
  • Venezuela es un país donde parece predominar la respuesta privada (de las empresas y los hogares) ante el rápido deterioro de la violencia urbana.
  • En El Salvador sobresale la cultura de la violencia creada por muchos años de guerra.
  • Brasil es un país donde predomina la contribución oficial a la violencia urbana.
  • Y en Colombia la violencia parece haberse profesionalizado más que en ningún otro país del mundo, y donde coinciden en el tiempo y en el espacio múltiples actos de violencia instrumental con problemas de convivencia ciudadana.
La violencia en el Perú, ¿es artesanal? ¿Será por esta razón que la violencia peruana parece no penalizar el ritmo seguido por las cuentas nacionales? ¿Será por ello que normalmente encontramos como sus principales actores a humildes campesinos que se pelean a muerte por los pocos activos disponibles en su cartera, ya sea en animales o tierra? ¿O por familias de barrios marginales que protagonizan las noticias policiales de todas las noches? ¿Qué son 3 mil millones de dólares perdidos en nuestra economía por causa de la violencia?

Para que tal afirmación tenga sentido, debe recordarse que el contexto de tal sentencia es muy particular. Nuestra sociedad es una suerte de residuo corderil atomizado producto de la época post violencia. Eventualmente, hay algunas zonas donde el conflicto se manifiesta en su punto más alto, con muertes y todo, como si de grumos que revientan antes de hervir la olla entera de leche. Así que debe afirmarse que la violencia en el Perú es artesanal, dadas las condiciones autoritarias vividas durante los noventa.

Por otra parte, hay que destacar que se ha generado toda una teoría sobre la violencia. Es muy diferente hablar de violencia familiar que de violencia política y social. Las mediciones realizadas por el estudio del BID parecen referirse fundamentalmente a las del primer tipo. No obstante, existe toda una corriente de pensamiento que trata de conectar ambos tipos de violencia para explicar procesos de renovación o degeneración social.

También, sería bueno revisar los resultados de este estudio puesto que la aproximación tendría ya varios años de antigüedad. La estimación corresponde a 1997 y ahora estamos a diez años de aquel entonces. No obstante, un estudio realizado en el 2003 (pdf) por investigadores del BID recogió las mismas cifras para realizar algunas apreciaciones sobre los factores de riesgo que explican la violencia en los países, entre los que destacan (págs. 24-30):
  • En el nivel individual: género, edad, biología, nivel educativo, nivel socioeconómico, estatus laboral, abuso de sustancias, exposición temprana a las agresiones.
  • En el nivel del hogar: tamaño/densidad del hogar, historial de violencia familiar, dinámica del hogar y sus normas, nivel de pobreza del hogar.
  • En el nivel comunitario o societal: Desigualdad social, historial de violencia societal, efectividad de las instituciones para el control social (justicia, policía, iglesias, ongs, grupos comunitarios, etc.), presencia de la violencia en los medios, disponibilidad de armas y drogas, normas culturales, nivel de pobreza del vecindario, tasa de criminalidad del vecindario, características ambientales del vecindario (stock de las viviendas, luz, etc.).
Así que es hora de ponderar adecuadamente, no sólo en términos cuantitativos sino históricos la relevancia del nivel de conflicto social que resulta de la práctica de la violencia familiar en las distintas regiones de nuestro país.

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