El reciente artículo de Hildebrando Castro Pozo aparecido en uno de los boletines de la Asociación de Servicios Rurales (SER) describe muy bien la debilidad e incoherencia interna de un gobierno que desafía un principio general enunciado por Jesús hace casi 2 mil años:
Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma se derrumba (Luc. 11:17, LBLA)Los párrafos que me hicieron recordar tal sentencia van a continuación:
La reacción del Gobierno Central y de varias autoridades nacionales a la consulta vecinal dispuesta por las municipalidades rurales de la sierra de Piura ha sido alarmista, hepática y desproporcionada. El Jurado Nacional de Elecciones, la ONPE, el Ministerio de Energía y Minas, el Gobierno Regional y el CONAM se han despachado con todo.Ya que el Presidente acabó con las iniciativas de protesta social lideradas por los representantes de los gobiernos regionales o locales, ahora veremos como se las ingenia para acabar con las iniciativas de consulta popular que son lideradas por estos mismos representantes.
El ministro de Energía y Minas, ha indicado que existen “Intereses económicos externos detrás de la consulta”. ¿Y los intereses internos, señor ministro? ¿Acaso no existen y no explican la conducta de los funcionarios de su ministerio que desatienden inclusive las atinadas recomendaciones formuladas por la Defensoría del Pueblo?
El Jurado Nacional del Elecciones, por su parte, que sabe poco o nada de las actividades mineras, seguramente azuzado por la inercia que tiene en los tiempos de paro electoral, ha dicho que la consulta ayavaquina constituye un atentado contra el sistema democrático y ha ordenado a su procurador denunciar a los alcaldes por una supuesta “usurpación de funciones”, la misma que más temprano que tarde acabará en el archivo de los documentos inservibles.
El CONAM, es la institución más inocente y se ha limitado a indicar –por cierto falsamente- que las municipalidades convocantes utilizan indebidamente su logo institucional. Se trata pues de toda una campaña destinada a socavar la expresión de la población serrana de Piura, orquestada y dirigida desde las altas esferas del Gobierno del Presidente, el señor Alan García Pérez.
Que no nos parezca raro que en lo sucesivo el Congreso de manera orquestada con el JNE introduzcan una reforma en las respectivas leyes orgánicas de las municipalidades y electorales para que las formas de participación ciudadana local sean desalentadas cuando sus intereses van en contra de los intereses concebidos en las oficinas del gobierno nacional.
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