La nueva revista de septiembre de Finanzas y Desarrollo del Fondo Monetario Internacional centra su debate sobre el tema de la llamada 'marcha de las ciudades'. Dos de sus redactores, Salyer y Bloom, comentan que en el próximo año ocurrirá un fenómeno sin precedentes en la historia de la humanidad: la población urbana superará a la población rural de todo el mundo.
En el Perú este fenómeno ocurrió hace ya más de 40 años (en algún momento entre 1961 y 1972), como consecuencia de un proceso largo de migración del campo a la ciudad. Este fenómeno, en vez de financiar un proceso de industrialización con mano de obra barata, trajo como consecuencia el aumento de la tugurización y el surgimiento de un modo de producción paralelo para las masas: el Perú informal. José Matos Mar, Hernando De Soto, entre otros pensadores sociales pintaron con sus palabras todo lo que ello significó: incapacidad del Estado, marginalidad, ilegalidad, pobreza, entre tantas otras taras sociales.
Los ecos de esas voces todavía se siguen escuchando en los nuevos estudios sobre los niveles de vida en el Perú. En el 2001, Javier Herrera afirmó en un documento coproducido con el INEI que la pobreza en el Perú se había urbanizado (pdf). No sé si con las nuevas cifras de pobreza se pueda seguir afirmando eso.
Pero, lo cierto es que cuando uno pasea por los barriadas que se encuentran instalados en el corazón mismo de la ciudad de Lima: La Victoria, Breña, el Cercado, Rímac, El Agustino, uno aprecia que la falta de agua, los servicios eléctricos precarios, el hacinamiento, los desagües abiertos, son problemas que nuestra sociedad aún no ha podido superar de manera digna para esta población.
Por esta razón, no resulta raro que el siguiente mapa extraído del artículo en mención ponga a nuestro país con un elevado porcentaje de nuestra población urbana viviendo en tugurios (entre el 60 y 79.9%). ¿Dónde están nuestros alcaldes?
Los ecos de esas voces todavía se siguen escuchando en los nuevos estudios sobre los niveles de vida en el Perú. En el 2001, Javier Herrera afirmó en un documento coproducido con el INEI que la pobreza en el Perú se había urbanizado (pdf). No sé si con las nuevas cifras de pobreza se pueda seguir afirmando eso.
Pero, lo cierto es que cuando uno pasea por los barriadas que se encuentran instalados en el corazón mismo de la ciudad de Lima: La Victoria, Breña, el Cercado, Rímac, El Agustino, uno aprecia que la falta de agua, los servicios eléctricos precarios, el hacinamiento, los desagües abiertos, son problemas que nuestra sociedad aún no ha podido superar de manera digna para esta población.
Por esta razón, no resulta raro que el siguiente mapa extraído del artículo en mención ponga a nuestro país con un elevado porcentaje de nuestra población urbana viviendo en tugurios (entre el 60 y 79.9%). ¿Dónde están nuestros alcaldes?
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