POLITEKONGPT

martes, septiembre 18, 2007

Economía de la mentira

El domingo apareció en El Comercio un curioso artículo sobre el valor económico de la mentira en el Perú. Aunque el abordaje del texto tiene que ver con algunas hipótesis psicológicas y sociales, el recuadro final del mismo es el que llamó mi atención:
¿SOMOS MENTIROSOS LOS PERUANOS?
¿Mentir es un valor en el Perú? Todos repudian la mentira en voz alta. ¿Pero acaso no hay mucha gente que engaña al Estado para no pagar impuestos? ¿No hay empresas que le ocultan la verdad al Ministerio de Trabajo? ¿Nuestras autoridades no prometen cosas que luego no cumplen? Si la mentira no es un valor en nuestro país, al menos sí es el pan de cada día. En opinión de Roberto Lerner, el problema es que en el Perú la mentira queda impune. "En lo que concierne a deberes y derechos de los ciudadanos, mentir debería ser caro, pero en el Perú es muy barato".
En palabras de Gary Becker, el economista de "Crimen y Castigo: un enfoque económico", la mentira forma parte de la industria del crimen. En efecto, para Becker, la palabra 'crimen' involucra no sólo "felonías como asesinatos, robos, y asaltos -que reciben amplia cobertura en los medios- sino también la evasión de impuestos, los crímenes de empleados de cuello azul, y el tráfico entre otras violaciones".

Desde ese punto de vista, todos los costos en los que incurre una sociedad como la peruana, tanto públicos como privados, para protegerse de los efectos negativos de los crímenes, incluida la mentira, pueden cuantificarse y por lo tanto proponer una solución ingeniosa a la misma porque sería altamente rentable para todos los peruanos.

Alguna vez realicé una consultoría donde cuantificaba el costo que ocasionaba un criminal juvenil durante toda su carrera como delincuente en la ciudad de Lima y encontré que este ascendía a un poco más de 496 mil dólares por cada uno de estos jovencitos. Una cantidad razonable si lo comparamos con los estimados para los jóvenes de Estados Unidos que superan los 2 millones de dólares.

Pero, volviendo a nuestra realidad ¿Cuánto de esas cifras podrían adjudicarse para la mentira? ¿Alguien le interesa realizar un estudio al respecto? Sobre todo en un país en donde es tan barato mentir...

No hay comentarios.: