El Financial Times resalta la extradición de Fujimori desde Chile al Perú, en el marco del cumplimiento del Tratado de Extradición ratificado por ambos países en 1933 (Chile) y 1999 (Perú), por los siete 'pecados capitales' de don Alberto Fujimori Fujimori/Kenya Fujimori/Albert Fujimori Fujimori/Ken Inomoto para los que se encontraron sustento (ver fallo de extradición aquí, pdf):
En aquel día, Amnistía Internacional declaró que la muerte de Pinochet debía ser "la ocasión para que los poderes públicos en el mundo tomen conciencia de la importancia de la celeridad de la justicia contra los responsables de violaciones de los derechos humanos al que el propio ex dictador 'escapó ahora'".
¿Jugará Fujimori a parecer un Pinochet? Probablemente. Por lo pronto, los problemas de hipertensión parecen compartirlos, al igual que comparten ambos comparten el halo popular entre intelectuales y derechistas que sentaron las bases para el desarrollo económico de sus respectivos países. Pero ambos también comparten el imborrable registro de violaciones de los derechos humanos en el que las diferencias cuantitativas por el número de víctimas no son relevantes. Fujimori, al igual que Pinochet, jugará a ser una víctima, pero no sé que tanto le guste comprarse ese papel por el resto de sus días cuando siempre ha jugado a la imagen del chino triunfador.
Nuestra justicia, ciega y perjudicada, tiene la oportunidad de reivindicarse afrontando el problema decididamente. No obstante, la anterior declaración se topa con todo un escenario mediático de pujas políticas cuyos resultados son casi impredecibles.
¿Pagará Fujimori en vida? A diferencia de Pinochet, quien pudo eludir la justicia durante casi una década para morir a los 91 años, Fujimori tiene la partida puesta en 69. Así que es probable que si se logra encarcelarlo, en el peor de los casos, en 10 años, le quedaría alrededor de 11 años para pagar por sus culpas.
¿Morirá el mismo día que Pinochet? ¿El mismo día de los Derechos Humanos? Difícil saberlo. Pero si sabemos, que la historia del Perú podría cambiar significativamente, y para bien, no sólo por sus hechos económicos, si no también por sus hechos de justicia en pro de los derechos de todos los peruanos.
- Por el allanamiento de vivienda de familiares de Montesinos
- Por la interceptación telefónica a diferentes políticos
- Por los hechos punibles en medios de comunicación
- Por los quince millones de 'cts' para su ex-espía Vladimiro Montesinos
- Por los casos de compra de congresistas tránsfugas
- Por los hechos ocurridos en el sótanos SIE, y
- Por los casos "Barrios Altos" y "La Cantuta".
En aquel día, Amnistía Internacional declaró que la muerte de Pinochet debía ser "la ocasión para que los poderes públicos en el mundo tomen conciencia de la importancia de la celeridad de la justicia contra los responsables de violaciones de los derechos humanos al que el propio ex dictador 'escapó ahora'".
¿Jugará Fujimori a parecer un Pinochet? Probablemente. Por lo pronto, los problemas de hipertensión parecen compartirlos, al igual que comparten ambos comparten el halo popular entre intelectuales y derechistas que sentaron las bases para el desarrollo económico de sus respectivos países. Pero ambos también comparten el imborrable registro de violaciones de los derechos humanos en el que las diferencias cuantitativas por el número de víctimas no son relevantes. Fujimori, al igual que Pinochet, jugará a ser una víctima, pero no sé que tanto le guste comprarse ese papel por el resto de sus días cuando siempre ha jugado a la imagen del chino triunfador.
Nuestra justicia, ciega y perjudicada, tiene la oportunidad de reivindicarse afrontando el problema decididamente. No obstante, la anterior declaración se topa con todo un escenario mediático de pujas políticas cuyos resultados son casi impredecibles.
¿Pagará Fujimori en vida? A diferencia de Pinochet, quien pudo eludir la justicia durante casi una década para morir a los 91 años, Fujimori tiene la partida puesta en 69. Así que es probable que si se logra encarcelarlo, en el peor de los casos, en 10 años, le quedaría alrededor de 11 años para pagar por sus culpas.
¿Morirá el mismo día que Pinochet? ¿El mismo día de los Derechos Humanos? Difícil saberlo. Pero si sabemos, que la historia del Perú podría cambiar significativamente, y para bien, no sólo por sus hechos económicos, si no también por sus hechos de justicia en pro de los derechos de todos los peruanos.
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