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viernes, julio 13, 2007

En Perú era ingeniero, aquí soy albañil

En Forbes ha salido un artículo donde se comenta la situación laboral de los migrantes altamente calificados en los Estados Unidos. El artículo en cuestión presenta en su introducción la experiencia de una compatriota nuestra llamada Inés Gonzáles Lehman, una migrante legal en los Estados Unidos, casada con un americano. En Perú, ella era la directora de un equipo de marketing de una empresa de alta tecnología. Ahora, en Estados Unidos, ella se encuentra sacando copias y contestando llamadas telefónicas iniciando una probable carrera laboral en la base misma de una empresa. La gran experiencia acumulada por esta mujer está siendo desperdiciada por el mercado americano. ¿Por qué? Algunas de las razones que explican esta situación, según el artículo son:
  • Falta de conocimiento de como funciona la industria americana.
  • Falta de conocimiento acerca de ofertas laborales.
  • Falta de un círculo de compañeros de estudios o de trabajos previos que les puedan ayudar a colocarse en nuevos empleos.
  • Incapacidad de presentar sus habilidades de tal forma que haga atractiva su contratación. La mayoría gasta esfuerzos en hacer un curriculum vitae lleno de títulos cuando los empleadores prefieren saber los logros concretos que ellos han alcanzado a fin de poder contratarlos.
  • El sistema americano es muy efectivo para proveer empleos de baja remuneración.
  • La percepción de los empleadores gringos de que un boliviano o un peruano no pueden ser ingenieros. La mayoría de ellos no tiene un entrenamiento para reconocer habilidades y experiencia específicas de migrantes calificados que pueden ser altamente productivos.
El artículo comenta las posibilidades que habrían tenido los migrantes altamente calificados para obtener visas legales para trabajar si hubiera progresado la propuesta de reforma migratoria en el Senado americano. De hecho, los migrantes profesionales saben hacer bien su trabajo, pero no saben como conseguir el adecuado, o simplemente el mercado le impide ubicarlo con facilidad. Esta realidad se constata a diario cuando ven al médico polaco trabajando como portero, al ingeniero pakistaní doblando servilletas en un restaurante, o al contador libanés manejando un taxi. Las cifras oficiales del US Census Bureau son elocuentes: de los inmigrantes calificados que llegaron en la última década a los Estados Unidos, 42% son latinoamericanos, 21% asiáticos, y 18% son europeos. Casi la totalidad de ellos se encuentran realizando trabajos para los cuales no se necesita ningún tipo de calificación profesional.

No obstante, el texto también presenta lo que algunas empresas como JP Morgan Chase están haciendo en la actualidad: buscando personal migrante altamente entrenado que ya vive en el país para ubicarlos en empresas altamente competitivas. Esto lo hacen a través de organizaciones sin fines de lucro como Upwardly Global, con sede en San Francisco, quienes se encuentran interesados en promover mayores oportunidades para los migrantes altamente calificados. De hecho su página web tiene un pensamiento inspirado de Isabel Allende que parece guiar su filosofía:
Often immigrants and refugees are exiled from the mainstream workforce. Upwardly Global helps them begin their job search, develop their talent and improve their lives and the lives of others.
El testimonio de Inés Gonzáles es enfático: "En Perú, yo era alguien. Aquí no era nada". No obstante, luego de ser ubicada en un empleo donde es probable que ascienda en lo suyo dice: "Ahora me siento que soy un activo. Ahora soy productiva."

Ojalá que nuestros compatriotas con alta calificación puedan lograr su sueño peruano en tierras americanas.



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